La líder saliente de APAC y de la Cámara Departamental del Libro cruceña finalizó su gestión; dice que tropezó con crisis económica, pero celebra que deja superávit 

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9 de julio de 2018, 6:00 AM
9 de julio de 2018, 6:00 AM

Mostró su trabajo como presidenta de la Cámara Departamental del Libro de Santa Cruz (CDLSC) por cuatro años y durante tres a la cabeza de la Asociación pro Arte y Cultura (APAC), experiencias a las que María Sarah Mansilla cataloga de enriquecedoras, pero reconoce que le tocó una época difícil en términos económicos. Evalúa su paso por las dos instituciones.

 ¿Qué mirada da a su labor?
Lo más valioso que puede tener el líder de una institución cultural son datos claros.  Desde el primer día me enfoqué en los gastos y en lo que nos hace grandes, la innovación. Me convertí en una cortadora de costos y nos adaptamos a la crisis económica del país. Hemos logrado ferias del libro y festivales de música barroca y de teatro de alto impacto, con bajos costos que incrementaron el ahorro de manera significativa. 

¿Puede dar cifras?
APAC queda con un saldo de $us 150.000. La CDLSC queda con $us 70.000, aproximadamente. En el caso de la CDLSC, $us 40.000 son intocables ya que todos los años Impuestos Nacionales (SIN) exige una boleta de garantía como respaldo económico para realizar la Feria del Libro. APAC igual necesita tener suficientes recursos para cumplir con sus obligaciones y metas sin restringirse mientras llegan los aportes ya comprometidos.

¿Por qué necesita una boleta de garantía ante el SIN una iniciativa cultural?
Es un requisito y nos la exigen, independientemente de que las instituciones sean con o sin fines de lucro, ya que superamos los Bs 20.000 diarios por venta de entradas, según su resolución.

¿Cómo redujo costos?

Se redujo más de $us 60.000. Lo recaudado en la Feria del Libro y en los festivales es para financiar actividades del año y cubrir gastos administrativos. En el caso de APAC, y como me previno Cecilia Kenning, la anterior presidenta, los auspicios bajaron considerablemente, dejaron de entrar más de $us 200.000. En estos tres años, APAC hizo los festivales de música más grandes, con menos plata, menor personal y de yapa con buen ahorro.
 

¿Cuáles fueron las innovaciones en APAC y la CDLSC?    

El riesgo más grande para el futuro de una institución es no innovar. En APAC realizamos una carrera pedestre y la Feria Misional. En la Cámara del Libro hicimos ferias del libro en las 15 provincias del departamento.
 

¿Quedaron pendientes?    

El principal desafío es involucrar más a las autoridades nacionales y a la sociedad en su conjunto. Quienes cultivan el arte y la lectura son ciudadanos felices, respetuosos de sí mismos y de los demás porque tienen claro su sentido de pertenencia. Avanzamos hacia un modelo de liderazgo en una sociedad más madura que convierte los desacuerdos en diálogos. Estamos inmersos en una sociedad hiperconectada, y la gran diferencia la harán los que miren con humildad los problemas de fondo. Cuando despreciamos a nuestro rival dejamos de analizar y escuchar. Ese es el gran cambio, la valorización de la capacidad constructiva de lo nuestro. Debemos socializar el trabajo; si las personas entendieran sobre su importancia, los festivales de APAC y las ferias del libro tendrían mayor participación. 
 

¿Qué cambiaría de su gestión y que pide que no cambien de la suya?            

No hay nada que cambiar de mi gestión. Todo lo hice convencida de que era lo que tenía que realizar para cumplir los objetivos. Pediría a los siguientes directorios que no cambien la manera de administrar los recursos económicos. Debe ser siempre una prioridad manejarse bajo presupuestos establecidos. En APAC, en dos ocasiones tuve que prestar más de $us 20.000 por el incumplimiento de auspicios comprometidos. Para eso es el ahorro.
 

¿Tiene superávit la cultura?
El superávit debe ser un ahorro con el firme propósito de prevenir y sobrellevar las consecuencias que traen las crisis financieras y que se ven reflejadas en los auspicios. Un buen ahorro garantiza la agenda. 

¿Por qué nadie quería asumir la presidencia en APAC cuando usted entró?        Nadie, de los 100 asociados, quería la presidencia. Me la ofrecieron el día antes de las elecciones. No le tuve miedo. Lo hice con gusto porque me encantan los proyectos culturales y disfruto enormemente servir a Santa Cruz.  
 

¿Perderá vigencia en la esfera cultural con su ida?
Para nada. Estoy inmersa en proyectos maravillosos, uno de ellos y por invitación de Pedro Rivero Jordán, la creación de la Biblioteca modelo para Palmasola. Estoy fascinada con la cantidad de instituciones que se están sumando  a esta iniciativa ciudadana, para realizar este proyecto que beneficiará a más de 5.000 hombres y mujeres privados de libertad.