Según un informe de la Aduana, el holding de empresas que se adjudicó por seis años los contratos con el Estado no tiene historial de importaciones. Las denuncias aseguran que lo hacían a través de la Fuerza Aérea y el Ministerio de Gobierno

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22 de mayo de 2019, 7:00 AM
22 de mayo de 2019, 7:00 AM

Durante seis años, entre 2013 y 2018, Horizontal de Aviación y un grupo de empresas con las que compartía accionistas, se adjudicó el mantenimiento aéreo y la provisión de repuestos para los aviones y helicópteros de la Fuerza de Tarea Aérea Diablos Negros y Diablos Rojos. Cobró más de $us 60 millones en 42 contratos y licitaciones de la Unidad Ejecutora de la Lucha Integral Contra el Narcotráfico (Uelicn), pero luego de los requerimientos de informes de la Fiscalía que investiga estos acuerdos de mantenimiento, la Aduana Nacional certificó que ni Horizontal ni sus ‘hermanas’ realizaron la importación de ningún repuesto o insumo para mantener en vuelo a los Helicópteros UH-1H, los aviones Hércules C-130, Beechcraft y Cessna. En contrapartida, halló que tanto el Ministerio de Gobierno como la Fuerza Aérea Boliviana tienen importación de repuestos durante esa época, para aeronaves que coinciden con las mantenidas por Horizontal de Aviación.

Según los documentos del cuadernillo de investigaciones a los que tuvo acceso EL DEBER, la Aduana Nacional verificó, el 3 de mayo del presente año, que la Fuerza Aérea Boliviana y el Ministerio de Gobierno realizaron importaciones de material aeronáutico entre 2013 y 2018 y ofrece un listado de él en un anexo. De la misma forma, la Fiscalía de La Paz, encabezada por el abogado Mario Rea Salinas, requirió que se certifique las importaciones realizadas por Pablo Quintero Barco, colombiano, accionista de Horizontal de Aviación; y las empresas Línea Central de Aviación, Horizontal en su versión boliviana y colombiana, Centerline Services LLC, AM&M, Four Points SRL, Aeroend SRL y Sky Plus -todas partes del holding que ganó contratos con el Estado-, pero no encontró ni un perno importado por estas compañías o sus accionistas.

Para la diputada Rose Marie Sandoval, que denunció la supuesta corrupción en Uelicn, esto confirma la hipótesis inicial que las empresas contratadas por el Estado ocupaban los usuarios de la Fuerza Aérea y del Ministerio de Gobierno para importar el material que utilizaban para mantenimiento de aviones y helicópteros, librándose así del arancel de importación, ya que ambas entidades públicas no lo pagan, pero se lo facturaban al Estado como si hubieran seguido todos los pasos de ley.

La Uelicn fue intervenida por el Ministerio de Gobierno a principios de marzo, todo su personal fue cambiado y tres de sus funcionarias se encuentran con detención preventiva, acusadas de favorecimiento, incumplimiento de deberes y otros delitos, por supuestamente haber dirigido los procesos de contratación para que Horizontal de Aviación y el resto de las empresas del holding se beneficiaran con fondos estatales.

Además, una auditoría encargada por la cartera de Gobierno encontró que los responsables de la contratación realizaban los pliegos de especificaciones copiando las propuestas de trabajo y las cotizaciones que era acercada por las empresas privadas.

“Lo principal en este caso es que ha sido contundente la respuesta del Ministerio de Gobierno para que la Fiscalía pueda llegar hasta el final, para que los que cometieron irregularidades sean enjuiciados como corresponde. Lo que aquí no se ha hecho es permitir ningún hecho de corrupción o irregularidades, por eso todo el personal ha sido separado”, dijo Hugo Siles, coordinador del Consejo Nacional Contra el Tráfico Ilícito de Drogas.

Este hecho se destapó en diciembre del año pasado, cuando un gerente de una empresa de mantenimiento aéreo internacional se sintió afectado por la imposibilidad de competir contra el Holding de Horizontal de Aviación y escribió una carta al ministro Carlos Romero. En ella detallaba las supuestas irregularidades y una de ellas era precisamente que se mantenían las aeronaves con repuestos e insumos importados bajo los usuarios de aduana del Ministerio de Gobierno y la Fuerza Aérea.

¿Sin respaldo?

Pese a que entre 2013 y 2018 Horizontal de Aviación se adjudicó contratos por más de Bs 400 millones, no registra ninguna importación de repuestos e insumos para cumplir con estos acuerdos dirigidos al mantenimiento de helicópteros y aviones. Sin embargo, en el pliego de especificaciones de estas contrataciones se establecía que Horizontal debería proveer las piezas y partes para el servicio.

A ello se suma AM&M, empresa de Nilo Honor y sus hijas, que se adjudicó en 2018 la provisión de dos Bambi Bucket (definido como ‘cucharón para helicóptero’, bolsones que se utilizan para recoger agua y apagar incendios), pero esta empresa tampoco registra importaciones.

Lo mismo pasa con Aeroend y Centerline, que en 2018 se adjudicaron la provisión de repuestos para migrar o actualizar los helicópteros UH-1H a la versión H-II, pero el informe de la Aduana a la Fiscalía no encuentra registros de que hayan importado algo.

Cerraron el taller

En el cuadernillo de investigaciones también se encuentra un informe de la Dirección General de Aeronáutica Civil, que cuenta que Horizontal de Aviación Bolivia SRL contó con una certificación de Operación de Mantenimiento Aeronáutico (OMA) hasta el 17 de abril de este año, fecha en la que la ‘devolvió’. El OMA permitía a Horizontal ganar todas las licitaciones de la Uelicn para mantenimiento de aeronaves, ya que era el único taller autorizado en Bolivia para arreglar helicópteros UH-1H y aviones Hércules C-130. La devolución de su permiso para trabajar se produce un mes después de la intervención de la unidad y 12 días antes de que la Fiscalía de La Paz se trasladara a Santa Cruz de la Sierra para allanar sus oficinas y los domicilios de su principal accionista.

Esta empresa no era desconocida para la DGAC. Según la denuncia original enviada a Carlos Romero y firmada por Heber O. Ramírez, Horizontal de Aviación le prestó servicio de mantenimiento para una aeronave Beechcrft B300, con matrícula CP 2900, a la que le hizo mantenimiento de motores con componentes que habían sido importados con el usuario en Aduana de la Fuerza Aérea. También le vendió un “multifunción display test”, para la misma aeronave de la DGAC, importada por la misma vía.

Ambas transacciones, según la denuncia de diciembre, se realizaron en el año 2015. Este hecho denunciado aún no es parte de las indagaciones de la Fiscalía.