Un piloto puede cobrar $us 20.000 por ir a recoger la cocaína a la selva de Perú y colocarla en Beni o en Santa Cruz  

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3 de noviembre de 2017, 10:59 AM
3 de noviembre de 2017, 10:59 AM

La idea surgió en la ruta Paraguay-Argentina. Y el producto no era cocaína, sino marihuana. Ahora, los clanes peruanos dedicados al narcotráfico acondicionan las avionetas para tener más autonomía de vuelo. Las mafias instalan bidones de combustible en el interior de la aeronave para que el piloto pueda recargar en pleno vuelo y así evitar aterrizajes técnicos. Aun así, el riesgo es más alto.  

Una fuente policial indicó que ahora los clanes del narcotráfico buscan evitar aterrizajes técnicos en zonas inhóspitas y prefieren llegar a áreas más cómodas. En el caso de Bolivia, los narcos peruanos utilizan los poblados de Beni como puntos de paso obligado, ya sea para recargar combustible o para cambiar aeronaves. 

“El incremento de nuestros operativos de control y protección coincidió con la aparición de avionetas con tanques de combustible improvisados que extienden la autonomía de vuelo de la aeronave. Este nuevo mecanismo encarece a las mafias la operación, ya que pierden capacidad de carga”, remarcó el jefe policial.  

Sobre el tema, el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, dijo que desconoce versiones oficiales sobre este tipo de adecuaciones, pero señaló que no se sorprendería, ya que las mafias, enfatizó, se dan modos para trasladar la cocaína. 

El Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) es la principal zona de producción de cocaína en Perú. En esta gestión, agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) del Perú inhabilitaron 31 pistas clandestinas utilizadas por narcotraficantes para el despegue y aterrizaje de aeronaves cargadas con droga. El destino de este cargamento es Brasil, previo paso por Bolivia. 

Los agentes de la Dirandro sostienen que las narcoavionetas que aterrizan en los poblados del Vraem provienen en su mayoría de la ciudad de Santa Cruz. “Pueden salir de Bolivia a las 03:00 de la madrugada, recorren 1.480 kilómetros aproximadamente y aterrizan en la selva central de Pichis-Palcazú a eso de las 7 u 8 de la mañana. En tierra permanecen apenas unos diez minutos, tiempo durante el cual cargan la droga y emprenden el retorno”, señala un informe de la policía antidroga peruana.

Los precios del vuelo

Según el mismo documento, el alquiler de una avioneta en Bolivia cuesta 25.000 dólares; los pilotos pueden cobrar 20.000 dólares por vuelo, pero los réditos son mayores para las mafias. Cada narcovuelo deja una ganancia neta de 200.000. Desde las pistas clandestinas de Pichis-Palcazú, en Perú,  sale la cocaína y de allí va a Bolivia, donde realiza una parada técnica y luego emprende vuelo a Brasil. De ahí, sale a Europa, donde un kilo de cocaína puede cotizarse entre 50.000 y 70.000 dólares. 

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, confirmó la metodología que aplican las mafias peruanas. “Todos sus informes (de la policía antidroga de Perú) ratifican lo que nosotros dijimos hace tiempo: Bolivia es un país de tránsito de la droga que se produce en Perú”, remarcó. 

Sobre la aplicación de radares, los narcos en Argentina utilizan técnicas para evitar este sistema. Uno de ellos es usar rutas alternas, lo que implica más gastos, pero así evitan el control. La droga boliviana pasa al norte argentino también en avionetas dedicadas al narcotráfico.