La furia de la lluvia afecta a más de 600 familias en Cordillera

La quebrada de Cuevo rebalsó la tarde de jueves y los pobladores de Madiyuti, que está a pocos metros, salieron despavoridos escapando del agua que se metió a sus casas, por debajo de sus camas y también a sus sembradíos que cultivaban con el esfuerzo cotidiano para que no les falten los alimentos en la mesa de ninguna familia.

Pero Cuevo no fue la única población de la provincia Cordillera de Santa Cruz que sufrió los embates de las últimas lluvias. Lagunillas, que es la capital de Cordillera, también ha sido golpeada con las aguas que han llegado incluso hasta Ipati, donde la cotidianidad de la vida ha sufrido alteraciones y dolor por las pérdidas de los animales y sembradíos.

La Gobernación de Santa Cruz ya tiene los datos parciales del impacto del desastre. El director de Riesgo, Juan Carlos Ibáñez, ha dicho que más de 600 familias han sido afectadas en Cuevo y Lagunillas, y que también son 600 las hectáreas de cultivos que han sido arrasadas.

Ante esa situación, Ibáñez informó de que la Gobernación está apoyando a los municipios damnificados con personal que se ha enviado para hacer una evaluación de los daños. Se espera que los alcaldes hagan la declaratoria de emergencia y atiendan con sus recursos propios, pero en caso de que las pérdidas sobrepasen sus capacidades, deben pedir a la Gobernación la declaratoria de desastre.

Héctor Contreras, alcalde de Lagunillas, graficó el efecto de las inundaciones: “Hay pérdidas de cultivos, de casas, muerte de animales. Se está socorriendo en las escuelas, hasta ahí se está llevando a las familias que quedaron sin viviendas”.

Contreras dijo que la tarde del jueves se desató una fuerte lluvia con vientos y que las quebradas y otros afluentes locales rebalsaron, lo que provocó que las zonas urbanas del municipio se inunden.

Marcelo Villagra, alcalde de Cuevo, dijo que en su municipio la población de Mandiyuti ha sido la más golpeada y que a cuatro familias tuvieron que ayudar a salir de sus casas con todas sus cosas, y que los ocho adultos y los 20 niños fueron llevados a la escuela, donde están ahora compartiendo una olla común.

Si bien solo cuatro de 40 familias han sido afectadas, los sembradíos de maíz, hortalizas, maní y frejol de toda la comunidad han quedado bajo el agua.

Villagra precisó que Mandiyuti se encuentra a 5 km de la población de Cuevo y a tres metros de una quebrada. ¿Por qué tan cerca? “Porque se abastecen de agua de la quebrada para el riego de sus parcelas. Estamos haciendo levantamiento de todos los daños, necesitamos ayuda inmediata y a corto plazo se deben hacer defensivos de la quebrada”, expresó el alcalde.

El director de Riesgo, Juan Carlos Ibáñez, dijo que lo que está pasando en Cuevo y en Lagunillas es algo cíclico porque en época de lluvias sus quebradas aledañas y cercanas, por la sedimentación, suben de nivel y cualquier precipitación hace que se desborden.

Otro municipio cruceño afectado por las lluvias es La Guardia. Vecinos de las comunidades Totorales, Villa Jerusalén, Villa Victoria, San Miguel de Rosario y 3 de Mayo, ubicadas camino a la planta de Río Grande, bloquearon la carretera el jueves para pedir que la Alcaldía y YPFB encaren obras que resuelvan sus problemas de inundación.

La medida fue suspendida tras el compromiso de la comuna de hacer un relevamiento de datos para cuantificar los daños para el posterior ingreso de maquinaria para la apertura de canales.

Ríos de Beni

El jefe de la Unidad de Alerta Temprana de la Gobernación de Beni, Mauricio Suárez, informó de que aumentó el nivel de los ríos en la cuenca media del río Mamoré, concretamente en la comunidad Camiaco, provincia Marbán. “En Camiaco estamos con 0,75 metros de barranco, esto quiere decir que la cuenca se está nivelando, hubo un incremento, no nos olvidemos que teníamos 1,50 metros hace un par de semanas”, explicó.

Suárez dijo que se registra un descenso en la zona alta, en Chapare y en Santa Cruz, por tanto ese caudal escurre al Beni.

Sobre Puerto Junín y la provincia Yacuma, indicó que existe un barranco de 1,17 m, lo que evidencia que subió su nivel por las lluvias que caen en La Paz.