Crucifixiones reales se llevan a cabo en Filipinas, donde miles de fieles participan

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31 de marzo de 2018, 4:00 AM
31 de marzo de 2018, 4:00 AM

Arrastrar una cruz durante horas para acabar clavado en ella fue la penitencia de Jesucristo y es también la de devotos cada Viernes Santo en Filipinas, un país que lleva la fe católica al extremo.

Uno de estos devotos es Rubén Enaje, conocido como el “Jesucristo de Pampanga”, que ayer se crucificó por trigésimo segundo año consecutivo en la localidad de San Fernando, al norte de Manila.

En otros países
Miles de habitantes de Panamá congregados en templos participaron hoy con devoción en las procesiones, rezos del viacrucis y la escenificación de la pasión y muerte de Cristo, mientras otros mezclan prácticas paganas, consumo de licor y juegos de azar.

Tradicionales procesiones, algunas de ellas centenarias, volvieron este año, con motivo de la Semana Santa, a la Ciudad Colonial de Santo Domingo, cuna de la evangelización en América.

Mientras que el estridente sonido de tambores con el que la localidad de Calanda (Teruel, España) conmemora la muerte y resurrección de Jesús.