José Andrés y Miriam pueden morir si no reciben un órgano nuevo. Padecen cáncer hepático. Médicos de EEUU y de Bolivia harán las cirugías en mayo. Necesitan ayuda

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15 de abril de 2018, 19:23 PM
15 de abril de 2018, 19:23 PM

El cáncer hepático ha reducido al mínimo las posibilidades de vida de Miriam Terrazas Ventura, de un año y medio de edad, y de José Andrés Heredia Urdininea (6) a pesar de recibir largas y agotadoras sesiones de quimioterapia en hospitales locales para aplacar la enfermedad, por lo que el único remedio para recuperarse es el trasplante de hígado.

Dicho procedimiento quirúrgico tiene un costo individual cercano a $us 80.000, suma imposible de conseguir para los padres de ambos niños que son de escasos recursos. Empero, el caso ha despertado un formidable movimiento solidario de muchas personas, empezando por médicos cruceños, por gente voluntaria y por el equipo del médico estadounidense Stephen Dunn, director de trasplante pediátrico del Hospital de Filadelfia (EEUU), que harán su trabajo sin cobrar un peso para lle-
var adelante la intervención quirúrgica posiblemente en mayo en un nosocomio público.

Campaña por recursos
Aunque el servicio médico no tendrá cargos, la empresa es grande porque de todas formas se requerirán recursos económicos para comprar sustancias y materiales que se utilizarán en las operaciones, entre ellas por ejemplo, una solución de preservación de órganos que se debe comprar en el exterior a un costo de $us 700 por litro y se necesitarán cuatro litros por cada paciente.

Asimismo, la albúmina debe ser traída del extranjero a un costo mínimo de $us 4.000; los hilos quirúrgicos se comprarán en $us 6.000, pues se requerirán al menos dos cirugías en cada paciente y una en cada donante, además de que se necesitarán entre 30 y 40 donantes de sangre, informó el doctor Freddy Gutiérrez, jefe del equipo médico de trasplante de hígado en Santa Cruz.

Además, los trasplantados  deberán tomar de por vida medicamentos inmunodepresores, que ‘engañan’ al organismo para aceptar el nuevo órgano.
“Los médicos que vienen de EEUU y nosotros los médicos y enfermeras locales trabajaremos gratis, pero por más que nadie cobre nada se necesitan por lo menos $us 25.000. Sin embargo, creo que la población va a responder como siempre lo ha hecho. Hasta ahora estoy asombrado de la bondad y la solidaridad humana que tiene el cruceño”, indicó Gutiérrez.

El trabajo social para la obtención de los recursos está en manos de Roxana Ribera de Barbery, una mujer con alto sentido solidario que en el pasado recaudó fondos para hacer posibles otros trasplantes de hígado a niños que ahora gozan de la vida saludablemente.

En el caso de la pequeña Miriam Terrazas, la más desvalida económicamente, Roxana Ribera y el doctor Ever Escobar se encargan de administrarle una alimentación adecuada a fin de que llegue bien a la cirugía, pues a sus padres no les alcanza el presupuesto.

Leonardo Terrazas Velásquez y Leonilda Ventura Putaré, domiciliados en el barrio Santa Carla del Plan Tres Mil, son padres de siete hijos. La mamá no trabaja por atender a su prole, sobre todo a Miriam, que requiere de una atención especial por su mal.

“El sueldo de mi marido (Bs 2.000) no alcanza; de ahí tiene que salir para nuestros pasajes diarios, para el alimento, que los muchachos vayan al colegio, no alcanza”, dijo Leonilda. Su marido es ayudante de un camión repartidor de bananas.

En el caso de José Andrés (hijo único), sus padres José Alberto Heredia Barrón y Raquel Urdininea López, tienen más posibilidades que los Terrazas, pues José Alberto es auxiliar contable y trabaja en Cossmil, mientras que su esposa es enfermera en el hospital de la Villa Primero de Mayo.

“Los médicos del Oncológico han hecho todo lo posible, con quimioterapia y otros tratamientos; la enfermedad se redujo, pero no desapareció, por lo que nuestra esperanza es el trasplante para nuestro hijo”, señaló José Alberto.

Les darán vida otra vez
Miriam y José Andrés recibirán un pedazo de hígado de sus respectivas madres. Para tal efecto, el hepatólogo Escobar se encarga de preparar a los cuatros pacientes para cuando llegue el día de las cirugías.

Se prevé que los trasplantes se realicen por primera vez en el Hospital de Niños Mario Ortiz, pero dicho centro no está habilitado para ese cometido. Joaquín Monasterio, director del Sedes, dijo: “Todavía no está habilitado, pero lo estamos haciendo porque todos queremos salvar la vida a esos niños.”