Desde la Gobernación reconocen que hay cansancio acumulado en las brigadas. En el momento de mayor apoyo hubo hasta 1.800 hombres contra el fuego, ahora hay 1.289. El sábado llegan 41 bomberos franceses con su propio avión

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6 de septiembre de 2019, 4:00 AM
6 de septiembre de 2019, 4:00 AM

En el departamento hay 4.472 familias afectadas y 161 damnificadas, según el reporte de situación del Plan Tajibo, actualizado hasta el 3 de septiembre, entendiendo por afectada a la persona que ha sufrido daños indirectos en su vida cotidiana, mientras que las damnificadas son aquellas que han perdido su medio de vida como vivienda o trabajo.

En el mismo informe se da cuenta de 5.715 recursos humanos dispersos por toda la Chiquitania, que están apoyando en las labores contra el fuego provenientes de 25 diferentes instituciones, entre ellas Ministerio de Defensa, Gobernación, Alcaldía, Fuerzas Armadas, Cruz Roja, etc.

Aunque la cifra está bastante alejada de las 1.289 personas que el COED ha cuantificado hasta ayer. “Dormimos en colchonetas donde nos toca, otros en carpas como los soldados.

El otro día nos echamos 12 en un cisterna, en el tanque, arriba, no nos caímos porque tiene baranda... en realidad eso no es dormir, es descansar”, se sinceró Ismael Ribera, director del Parque Santa Cruz la Vieja, que junto a su personal (son 12 en total) le dan la cara al fuego por casi 10 horas por turno. Ismael está en pie junto a las llamas desde el primer fin de semana de agosto, cuando el fuego asustó en la Laguna Concepción y no ha soltado la posta.

Otros números que saltan del informe son los 3.154.000 litros de agua que el Supertanker descargó desde el primer día (23 de agosto) hasta el 3 de septiembre.

Además, están las 405 operaciones terrestres realizadas hasta el 2 de septiembre (informe del comandante Williams Kaliman).

El reporte ha dado cuenta también de los 338,9 hectáreas de cultivo afectadas, las 4.836 cabezas de ganado igualmente afectadas y las 68 muertas.

En el mismo las comunidades afectadas son 96, 713.137 son las hectáreas de bosques quemadas y 1.005.851 las hectáreas de pastizales arrasadas por el fuego. Para el Plan Tajibo, el peor día en la lucha contra los incendios forestales fue el 17 de agosto, cuando hubo 8.461 focos de calor (anomalía termal).

Mientras que el último día de reporte, es decir, el 2 de septiembre registraron 768. Para el Sistema de Alerta Temprana de Incendios Forestales (Satif) de la Gobernación son 21.957 los focos de quema (fuego activo) que se han registrado desde marzo hasta la fecha y coincide con que el peor día fue el 17 de agosto con 760 nuevos focos de quema. El miércoles (fecha de actualización más reciente) hubo 320 nuevos focos.

Fuerzas mermadas

El reporte del COED actualizado ayer tiene 1.289 desplazados en la Chiquitania como bomberos, tomando en cuenta que en algún momento llegaron a ser 1.800. “Han ido disminuyendo porque los voluntarios necesitan descansar.

Hay que resaltar que las Fuerzas Armadas y los bomberos de las instituciones ya van a cumplir dos meses y necesitan tener un relevo”, señaló Enrique Bruno, director del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), y destacó el respiro que van a tener con el apoyo de Argentina con sus 200 cascos blancos y la brigada francesa que se suma este sábado, misma que llega en su propio avión con 41 bomberos especializados.

En el departamento la labor de combate a los incendios forestales está coordinada desde el centro que es la ciudad de Santa Cruz hacia sus seis puestos de comando asentados en la Chiquitania que vienen a ser los de San Ignacio, San José, Concepción, San Rafael, Roboré y San Antonio de Lomerío.

“El contingente ha mermado porque algunos han retornado a sus lugares de origen”, explicó Bruno y dio el ejemplo del puesto comando en San Rafael donde hace falta brigada porque la que había ya se retiró.

“He llamado al Ejército para que nos ayude porque no tenemos gente para relevar, a medida que han ido avanzando los incendios la gente voluntaria se va y vamos quedando solo nosotros con el Ejército y la Policía”.

Hace dos semanas y tres días el rescatista de Funsar Runny Callaú, duerme sobre una colchoneta en el aula de un colegio de San José, ahora mismo está trabajando por controlar el incendio reactivado en Taperas.

Desayuna a las 13:00 y almuerza a las 23:00 y no ha pensado en replegarse porque muchos voluntarios ya se han ido y si él y su equipo también lo hacen pueden perderlo que se ha logrado controlar, “Si nos vamos la cosa se va a poner grave”, confiesa.

El director del COED reconoce que hay cansancio acumulado en todas las brigadas y cree que el Gobierno nacional debería apoyar con mayor logística de otras guarniciones militares del resto del país y que se podría ocupar más helicópteros porque “solo han puesto a trabajar cuatro”.

Hoy por la noche llegan vientos de entre 60 a 90 km/h, según la alerta naranja del Senamhi y esa es una gran preocupación, de que se puedan reactivar los incendios por varios frentes. Estadísticamente, septiembre es el peor mes de las quemas.

LA FAMILIA DEL BOMBERO MUERTO EN YUNGAS LAMENTA QUE LOS MANDEN COMO REBAÑO Y PIDIÓ MEJORES CONDICIONES
Crisanto Mamani, hermano del bombero fallecido en Yungas donde apoyaba en labores de sofocación de un incendio, Lucio Emilio, demandó a la Policía mayor seguridad para los bomberos, porque actualmente “los llevan como rebaño” a los operativos, y cuestionó la falta de comunicación oportuna a la familia sobre el accidente.

”Ahora les mandan como rebaño, ‘vayan, apaguen el incendio’, si bien pierden la vida, ni modo; se vuelven a pie. Eso duele. Y duele mucho perder a un hermano”, contó apenado. Demandó que las autoridades se pongan la mano al pecho e implementen mejores condiciones de trabajo en el ámbito de seguridad, con el objetivo de aminorar el riesgo en las labores de los bomberos.

Detalló -por ejemplo- que su hermano vestía un overol y botas normales, no aptas para situaciones de incendio.

Por otra parte, reprochó que la Policía no informó a la familia sobre la desaparición de su hermano, según su relato se enteraron por los medios de comunicación que su pariente era buscado en una zona de Yungas.

“Me molesta que no nos hayan comunicado en el día. Un equipo de trabajo siempre tiene un encargado, quien debería ser responsable de llamar a los familiares (...). Pero a nosotros nada de nada, ni llamada, ni comunicación”, amonestó Mamani.

El sábado por la tarde, el suboficial cayó a una profundidad de 300 metros en el cerro Santa Bárbara, del municipio paceño de Coroico, donde acudió para apoyar en las labores de sofocación de un incendio registrado en la zona. Crisanto Mamani detalló que recién el lunes, cerca a las 9:00, se enteraron de que su hermano era buscado cuando un compadre le llamó para que vean la noticia en un canal televisivo. (ANF).