Los galenos rechazaron el convenio firmado por su dirigencia nacional con el Gobierno. La medida de presión sigue, pero por el momento sin movilizaciones

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14 de enero de 2018, 14:15 PM
14 de enero de 2018, 14:15 PM

La situación en los hospitales públicos no ha cambiado, a pesar del acuerdo firmado por la representación nacional con el Poder Ejecutivo del Gobierno. Un recorrido por los distintos nosocomios permitió establecer que hay servicio de emergencia, pero no se atienden consultas externas. Aparte de ello, en la Maternidad Percy Boland (hospital de la mujer), un grupo de 18 funcionarios ingresó en huelga de hambre por reivindicaciones laborales y también para exigir la abrogación del Código Penal.

“Vamos a continuar la medida hasta que se abrogue el Código Penal”, manifestaron tres médicos en el hospital San Juan de Dios, pidiendo reserva de sus nombres “para evitar ataques que lanzan desde el oficialismo contra quienes estamos cumpliendo estas medidas de presión”, expresaron.

Informaciones procedentes de La Paz, Cochabamba, Beni y las opiniones vertidas en Santa Cruz dan cuenta de la pausa en las movilizaciones sin levantar el paro.

El dirigente del Sindicato de Trabajadores del Hospital de la Mujer, Andrés Panoso, informó a EL DEBER de que la extrema medida adoptada tiene el objetivo de presionar al Gobierno para que cumpla con la entrega de 88 ítems que se viene pidiendo hace tiempo, mejoramiento de infraestructura, dotación de más camas (solo hay 65), pago de deudas salariales pendientes y la abrogación del Código Penal.

“El lunes masificaremos esta huelga de hambre si es que las autoridades municipales, de la Gobernación departamental y del Gobierno central no escuchan nuestro petitorio que venimos formulando desde hace un año, mientras la infraestructura de este hospital se va deteriorando en medio de la falta de atención a las necesidades básicas de los trabajadores y de los pacientes”, manifestó.

El Hospital Japonés ayer solo hubo atención de emergencia. “He venido con mi hijo, me van a atender, pero el problema es que se debe esperar mucho. Veremos hasta cuándo dura esto. El Gobierno debería escuchar el pedido de los médicos. Y para colmo esta lluvia persistente”, dijo la señora Rosa Soliz en la puerta del hospital San Juan de Dios.

El centro de salud Lazareto cerró sus puertas con candado.

Respecto al paro que siguen los médicos con labores solo de emergencia, el secretario de Salud de la Gobernación, Óscar Urenda, manifestó que como médico respalda plenamente la movilización, “porque no se la está realizando por caprichos, sino en defensa de los derechos que nos asisten a todos los que trabajamos en el ámbito de la salud. La unidad se destaca en estos momentos”.

Análisis

Este es un conflicto que está latente

Ludwig Valverde
Analista

Es un problema que adquirió mayor complejidad en la medida en que el Gobierno no supo manejarlo. Se presentó como una demanda específica del sector salud iniciada por el Colegio Médico, primero de La Paz, y luego se hizo nacional.

Este requerimiento terminó capitalizando el descontento popular respecto a una serie de temas que no tienen una respuesta convincente de parte del Gobierno hacia la sociedad civil y que tienen como horizonte las elecciones presidenciales de 2019, además del respeto a los resultados del 21-F.

Considero que este conflicto acabó amplificando todo ese malestar social y llevándolo a distintos ámbitos. De esa forma se abrió paso y llegó al momento actual cuando se pide la abrogación total del código.

En ese sentido, si bien el sector salud fue atendido en sus demandas específicas, el conflicto sigue siendo latente porque ahora no solamente se pide una mejor atención al tema salud a partir de lo que se trabajará en esta ley de salud, sino que su agenda involucra a muchos.

El cansancio de la dirigencia del Colegio Médico nacional tras 47 días de protesta y de los colegios de enfermeras y otros, influyó en el desenlace. No obstante que el procedimiento seguido fue de una permanente consulta a las bases.

La dirigencia dejó en suspenso la consulta final, y de ahí se generó el descontento en Santa Cruz, La Paz, Oruro, Cochabamba y Tarija.

De ninguna forma se debe desestimar que este conflicto se vuelva a activar, porque está latente. Si bien el acuerdo estabilizó los ánimos de los actores, considero que no resolvió el problema y tenemos un conjunto de demandas y sectores que están unidos en lo político.