De los 2.300 brigadistas que había en agosto en las tareas de mitigación de los incendios, solo quedan 1.292. Afectaron el cansancio y la falta de condiciones

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20 de septiembre de 2019, 5:00 AM
20 de septiembre de 2019, 5:00 AM

Cuando las hectáreas quemadas suman 3 millones y los bosques sucumben ante las voraces llamas que avanzan en 47 frentes en la región cruceña, la capacidad de respuesta de los bomberos se ha visto disminuida casi a la mitad. El cansancio de llevar semanas batallando contra el fuego, en ocasiones sin más recursos que sus mochilas forestales, sumado al desaliento de ver que mientras ellos apagan el siniestro otros lo encienden, ha disminuido de 2.300 a 1.292 el número de bomberos en la línea de fuego.

No obstante, se espera que a partir de hoy haya una mejor coordinación en las tareas de mitigación y un mejor soporte a los brigadistas, toda vez que se prevé que en esta jornada empiece a operar el comando unificado, con base en Viru Viru, que permitirá aunar la información y diseñar una línea de acción coordinada para encauzar de una forma más adecuada el combate de las llamas.

La información fue confirmada anoche por el director del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), Enrique Bruno, luego de sostener una reunión con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (FFAA), Williams Kaliman, en la que organizaron la nueva estructura, integrada por los dos niveles de gobierno (departamental y nacional) y la base de operaciones en Viru Viru. El mando estará a cargo del Gobierno nacional y el próximo paso será organizar los comandos de incidentes en los municipios.

Según la Gobernación de Santa Cruz, de los 2.300 bomberos que hubo en agosto, ahora solo que dan 1.292 brigadistas desplegados en los 12 municipios, donde el fuego no da tregua. El municipio de Ascensión de Guarayos, que se mantenía al margen de los afectados por el fuego, se sumó a la emergencia con un incendio reportado en la zona de Yaguarú.

El director del COED destacó el trabajo titánico de estos héroes que caminan kilómetros para llegar hasta la línea de fuego, al informar de que el número de bomberos y voluntarios se ha reducido un 50%.

Esto principalmente por el cansancio, pero también porque hay incendios de tal magnitud que es preciso mecanizar las operaciones por tierra para frenar su avance. Significa que los brigadistas saben que será imposible aplacar las llamas sin la utilización de orugas, que permitan abrir brechas cortafuego.

La labor mecanizada es necesaria precisamente para jornadas como las de ayer y hoy, cuando los fuertes vientos (con ráfagas de entre 50 y 90 km/hora), la sequedad del bosque y las altas temperaturas hacen que el riesgo de incendios forestales sea extremo, resultando peligroso el combate del fuego para los bomberos.

Labor titánica en los municipios Richard Rivas, director de la Unidad de Conservación del Patrimonio Natural de Tucabaca, que fue uno de los primeros en organizar y guiar a los brigadistas en Roboré, ha visto como el ‘contingente’ de 900 hombres que hubo en su momento en la zona se redujo a solo 100, la mayoría locales, aunque ayer llegaron 40 bomberos especializados, que se sumarán a las tareas.

“Lo grave es que seguimos en la misma situación crítica (con cuatro incendios forestales de magnitud) y las condiciones para los que quedan se han extremado por el clima, el difícil acceso, el agotamiento físico, la merma de los recursos (hay menos ayuda de los voluntariados) y el menor número de brigadistas”, refirió. Rivas ha dedicado los últimos 13 años de su vida al cuidado del valle de Tucabaca y le duele ver que el fuego ha devastado 40.000 hectáreas dentro del área protegida, en la parte de la serranía.

Rivas tiene a su cargo a los guardaparques, que también son bomberos forestales. Desde que empezó la emergencia, tanto él como su personal han estado liderando los grupos de bomberos para darles instrucciones y para orientarlos.

Recuerda que el fuego comenzó a hacer daño el 1 de julio y de inmediato se activaron las tareas de control, y cuando la situación se desbordó tuvieron que trabajar durante 25 días continuos, hasta que llegaron refuerzos. Ahora nuevamente están operando incansablemente porque las brigadas están disminuidas. “Este año ha sido un verdadero desastre. En 13 años nunca había visto al fuego pasar todo límite”, asegura.

Y es que las brasas parecen tener un mecanismo que las enciende de nuevo y en cuestión de segundos la llama ya está activa otra vez. Según Jorge Huanca, corresponsal de EL DEBER en Concepción, también quedan muy pocos bomberos voluntarios (unos 50) y no existe la logística necesaria para continuar con la mitigación de incendios forestales, así lo afirmó el subgobernador de la provincia Ñuflo de Chávez, Elías Johns. El fuego sigue avanzando en la zona de Río Blanco, que comprende las comunidades La Conquista, Urkupiña, Santa Mónica y Santísima Trinidad, explicó la autoridad.

Sufrieron quemaduras

Por otro lado, al menos cuatro personas sufrieron quemaduras al intentar frenar el avance del fuego en comunidades del distrito 5 de Concepción. Uno de los más afectados es Calex Choque, dirigente de la Central Unión, quien sufrió daños en el brazo izquierdo. También resultaron con quemaduras leves otros campesinos.

Incendios

El director del COED indicó que se estima que el fuego ya arrasó con 3 millones de hectáreas y que uno de los incendios que preocupa sobremanera es el que amenaza al Parque Nacional Noel Kempff Mercado, donde solo se trabaja con una oruga para abrir brechas cortafuego y se precisan al menos cinco. En La Paz, el director del Parque Nacional Madidi, Marco Uzquiano, informó de que el incendio que afecta al parque Madidi ya consumió unas 300 hectáreas.