La posición del monseñor fue expuesta durante la clausura del V Congreso Americano Misionero (CAM) que se llevó a cabo ayer en el altar papal de El Cristo

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15 de julio de 2018, 4:00 AM
15 de julio de 2018, 4:00 AM

Con una eucaristía ministrada por Sergio Gualberti, en la que el monseñor condenó la violencia y la opresión en algunos de los países de la región, ayer se llevó a cabo la clausura del V Congreso Americano Misionero (CAM), con la participación de representantes de 24 países del continente.

Después de cuatro jornadas de reflexiones, miles de fieles se congregaron a los pies del Cristo Redentor para ser parte de esta celebración especial de la Iglesia católica, que se efectúa cada cinco años en un país distinto.

En el altar papal se reunieron sacerdotes y obispos invitados, además del cardenal Toribio Ticona, que fue cocelebrante de la eucaristía. Alrededor se ubicaron los feligreses, representantes de las diversas parroquias y conferencias episcopales invitadas, además del coro y orquesta que acompañó la celebración y un grupo que representó la danza de los macheteros para acompañar las ofrendas litúrgicas. 
Entre los presentes en el cierre del congreso estuvo el alcalde cruceño, Percy Fernández, que dispuso el cierre de las vías aledañas para garantizar el despliegue y seguridad del evento. 

Crítica y exhortación
Al momento de la homilía, el monseñor Sergio Gualberti valoró la democracia real y participativa y condenó los populismos caudillistas y totalitarios “que en algunos de nuestros países mantienen a la población en una situación de postración, de opresión y de muerte. Allí, donde se persigue a los que se desmarcan del pensamiento único y se recurre a la violencia, hasta el extremo de quitar la vida”. 

La autoridad eclesiástica nacional habló de la pobreza, fruto de un sistema injusto, en el que la economía descarta a los pobres, ancianos y a los niños indefensos. También exhortó a los feligreses a subir a la montaña de la fraternidad e igualdad “caminando junto con los hermanos que emigran y buscan en nuestra tierra condiciones de vida digna para ellos y sus familias y que, en cambio, se chocan con los muros de la xenofobia y de la vergüenza”.

Finalmente, Gualberti invitó a los fieles a acompañar a las familias para que se encuentren en hogares cimentados en la fe. “Esas familias que hoy andan afectadas en su integridad a causa de la pobreza, de las separaciones y divorcios, las cuales están constantemente hostigadas por corrientes ideológicas y colonizadoras, que ponen en cuestión la propia identidad de la familia, cimentada en el amor hasta la muerte entre el varón y la mujer, conforme con los valores del evangelio y de nuestras culturas indígenas”, expresó el monseñor. 

Representantes de diversas parroquias acompañaron a los invitados del exterior en las actividades programadas durante las cuatro jornadas.
Algunas de ellas comenzaron en horas de la mañana en los barrios cruceños. El monseñor agregó que el próximo congreso, el VI CAM, se desarrollará en Puerto Rico.  

En la oportunidad, mostró el símbolo del congreso, un tríptico que incluye imágenes de Cristo y de las vírgenes Aparecida y de Guadalupe, que fue entregado a los organizadores de la próxima cita misionera. 

El monseñor Eugenio Scarpellini, coordinador general del CAM,  se encargó de dar el discurso final, que tuvo  como corolario un ambiente de fiesta con música y fuegos artificiales. 

Más detalles

En números
Al evento asistieron más de 2.500 misioneros de 24 países, incluidos Canadá y EEUU, además de 95 obispos, 450 sacerdotes y 400 voluntarios.

Diversas actividades
El cierre del encuentro se llevó a cabo después de cuatro jornadas de reflexiones en el complejo Don Bosco. El último día, se efectúa en horas de la mañana una actividad de oración en las parroquias de los barrios, además de actos festivos en comunidades, como en Montegrande en el municipio de La Guardia. Representantes de vicariatos se reunieron con feligreses de iglesias locales.