Las rescataron de un alojamiento al que llegaban los clientes y les pagaban Bs 200 por salida. Una huyó, otra volvió con su tía y una se quedó. Hay un implicado preso 

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27 de mayo de 2018, 4:00 AM
27 de mayo de 2018, 4:00 AM

El 17 de mayo personas que vieron un comportamiento o actitud rara hicieron conocer que tres adolescentes de buena apariencia estaban en un alojamiento por la Bimodal y que eran prostituidas por sujetos que se dedican al comercio sexual. El primer dato era que las menores eran extranjeras y no portaban documentos, por lo que acudieron agentes de la Interpol.

Los policías encontraron a tres adolescentes de 15, 16 y 17 años. Lo más grave es que entre ellas se encontró un bebé de dos meses de nacido. Su madre era la de 17 años.

Tras las primeras diligencias, la  Interpol, al mando de Paúl Saavedra, entregó a las menores y a la criatura a manos de personal de la División de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), que dirige el mayor Carlos Torrico. El caso movilizó a funcionarios de la Defensoría de la Niñez y al fiscal Marcos Arce. 

Las muchachas no tenían dinero para alimentarse ellas ni al bebé y menos para pagar el alojamiento. Lo primero que hicieron las autoridades fue darles protección, alimento y un lugar seguro. 

“En el celular de una de las menores de edad hallamos una fluida comunicación con un sujeto y empezamos el seguimiento al tratarse de un caso muy delicado y no común”, dijo Torrico. 

Se logró tomar contacto con el hombre por colaboración de una de las muchachas que lo citó para dialogar. El sujeto aceptó la cita de la adolescente, pero la primera vez falló, pues no asistió y eso desanimó un poco a los agentes, ya que pensaron que el sujeto se dio cuenta de que se le estaba tendiendo una celada y se puso a buen recaudo. 

Se insistió con mensajes al hombre y aceptó al otro día un nuevo encuentro con una de las jovencitas por la zona el mercado Mutualista. La menor de edad, dueña del teléfono, asistió al lugar bajo la supervisión de funcionarios clave de la Defensoría, del Ministerio Público y de la División Trata y Tráfico de Personas. 

Cuando el sujeto sostenía un ameno diálogo con la muchacha le cayeron los policías y lo capturaron. El celular del hombre fue secuestrado y se encontró evidencias de las comunicaciones con las jovencitas. Además se encontraron imágenes fotográficas de estas. 

Cada salida por Bs 200
De testimonios recogidos de las víctimas las autoridades detectaron que las adolescentes llegaron de Beni en busca de mejores días ante la grave situación que allí atravesaban. Llegaron en flota, se alojaron en la casa de unos amigos, luego se fueron al hostal Terrazas, ubicado frente a la Bimodal. 

Era la primera vez que llegaban a Santa Cruz y una de ellas empezó a tomar contacto con otra amiga que tenía en la ciudad. La muchacha de 17 años fue quien después dijo a las otras dos que esa amiga era su familiar. 

A la supuesta familiar le dijo que había llegado con otras dos amigas y su bebé desde Beni y que estaban pasando momentos duros por la falta de dinero. La familiar  les ofreció ayuda, apareció en el hostal un sujeto que comenzó a comunicarse con ellas a través de WhatsApp.  Les pidió fotos para difundir por redes y las menores pasaron a ser usadas en el comercio sexual. Por cada relación recibían de manos del sujeto Bs 200, aunque él se quedaba con buenos dividendos por la búsqueda de clientes y exposición de las fotos.

Una hacía de niñera

“Esto es muy lamentable y triste porque llegamos a conocer que una de ellas hacía de niñera, a veces no se sabía quién era la mamá, aunque eso no le importaba al sujeto que lucraba con ellas, menos aún  a los clientes ocasionales”, dijo un agente. 

El detenido, de 34 años, se abstuvo de declarar ante el fiscal Marcos Arce, de la Unidad de Víctimas Especiales. Sin embargo, en una conversación con agentes reconoció que mantenía amistad y que conoció a las adolescentes en el alojamiento. La Policía, la Defensoría y la Fiscalía acumularon pruebas y detectaron el  ilícito de trata de personas con fines de explotación sexual. 

Antes de llevar al detenido frente a un juez, se realizó un desfile identificativo. Las tres adolescentes reconocieron al sujeto por los contactos que mantenían a través de WhatsApp para compartir imágenes fotográficas, además de conversaciones y citas.  

Hay una investigación abierta que se expandió hasta Beni, pues se busca por lo menos a tres sujetos más y a dos mujeres, además de cómplices que lucraban con las adolescentes. 

Testimonios

“Me pagaba 250 por cliente” / Tiene 15 años 
En Trinidad vivo con mis padres y mis cinco hermanos. Hace dos meses que dejé de estudiar, no fui floja, mis padres se enojaban siempre conmigo porque no quería estudiar. Quería pasear, por eso me vine con mis dos amigas. Yo tenía dinero de lo  que le ayudaba a mi mamá a vender en el mercado y lo que me juntaba de mi recreo. Me vine con Bs 200 y llegamos a Santa Cruz hace 4 días. Primero nos alojamos en la casa de un amigo donde estuvimos dos días, luego nos fuimos al residencial y ahí conocimos a Raúl, porque una de mis amigas nos lo presentó. Luego fuimos a La Ramada acompañando a mi amiga para que se compre ropa. Ella nos dijo que íbamos a trabajar con Raúl, no nos dijo qué teníamos que hacer. Raúl me mandó un mensaje y me dijo que ya estaba con los clientes, nosotros no sabíamos de qué hablaba.

Cuando bajamos él estaba ahí, lo saludamos y estaba el cliente en un auto plomo. Nosotros nos subimos al cuarto y ya no bajamos. Raúl me habló cinco veces para que yo vaya con sus clientes, solo fui dos veces. Una vez salimos juntas con mi amiga, pero fueron diferentes clientes y al otro día fui sola. Él me pagaba Bs 250 por cada vez que estaba con los clientes. 

“Acepté por necesidad” / Tiene 16 años
Hace dos años que ya no estudio porque no tengo libreta, se me perdió y no sabía qué hacer. Vivo con mi tía, ella trabaja de limpieza y cocina. Yo quería conocer Santa Cruz y en Trinidad le pedí prestado dinero a un tío y me dio Bs 100. Cuando llegamos a Santa Cruz fuimos a buscar trabajo en La Ramada y en Los Pozos, pero no lo conseguimos porque nos pedían documentos. A Raúl lo conocí por la amiga que teníamos aquí. Raúl, que le dicen ‘Chino’, me preguntó si yo quería ganar plata fácil, pero yo le dije que no porque no hacía eso, me mandó un mensaje donde me decía: “Ya niña, te vas a animar o no”. Luego le dije que sí porque necesitaba plata. Raúl me dijo que yo debía decir a los clientes que tenía 18 años y hacer lo que me dijeran. Dos veces en un día estuve con clientes, Raúl llamaba a sus contactos, iba y me recogía del alojamiento, me llevaba donde su amigo, nos parábamos en una esquina y ahí iban los clientes a recogerme en taxi. Eran mayores, me llevaron a moteles. Raúl me pagaba Bs 200 por cada vez que iba. Yo me escapé de la casa de mi tía y desde que me vine no he hablado con ella. 

“Un Taxista  hizo el contacto” / Tiene 17 años 
Yo llegué a Santa Cruz aproximadamente hace una semana y vine con mi madre. Mi mamá se quedó en la casa de mi tía en el kilómetro nueve. Yo estuve cuatro días ahí y me salí con una amiga, que tiene 18 años, y nos fuimos al alojamiento Terrazas. En el alojamiento estuvimos tres días. El día que llegamos al alojamiento conocimos a un señor que se llama Chichi y lo agarramos como taxista. Es un señor que tiene barba, ya mayor y moreno. Su auto es de color medio plomo y nos preguntó si trabajábamos. Después nos ofreció ganar plata rápido como damas de compañía. También nos dijo que él iba a recibir plata por nosotros y que nos iba a pedir fotos. 

Al día siguiente mandó un mensaje a mi teléfono diciendo que había una persona que quería estar con mi amiga. Yo tenía necesidad y acepté a los clientes. Fui criada por mi abuela paterna, ya que mi padre falleció. Tengo una pareja a la que conocí hace dos años en Trinidad. En ese tiempo hemos procreado a mi bebé, que tiene dos meses de nacido. Yo necesito dinero porque la vida está muy difícil para criarlo y ahora no sé qué hacer.