El 2 de mayo fue el Día Internacional contra el Bullying. La DDE recibió 26 denuncias desde el año pasado hasta marzo de este año. Los chicos se abren contando su drama de forma anónima

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5 de mayo de 2019, 14:26 PM
5 de mayo de 2019, 14:26 PM

“Fui víctima de abuso físico y sicológico en todo sentido, fui maltratado, aislado, no tuve amigos. Intenté suicidarme dos veces con un arma. El tambor no sirvió y en la otra ocasión el seguro estaba puesto”. Este es un testimonio anónimo escrito sobre el trozo de una hoja de cuaderno. Estar cubierto por el manto del anonimato le dio cierta garantía a este adolescente para contar en seis líneas su drama.

“Papelitos cantan”, dice el comunicador Alfredo Rodríguez en un post de su muro de Facebook, que colgó a propósito del 2 de mayo, Día Internacional contra el Bullying, y asegura que hay chicos que tienen guardada en la mochila cartas de despedida porque están barajando la posibilidad del suicidio, porque odian su realidad y no saben cómo zafarse del acoso escolar.

Apodos despectivos, aislamiento, humillación, falta de empatía, hay testimonios para elegir a cuales más hirientes y dolorosos: “He sufrido violencia verbal, racismo y me hacen bullying. Me dicen esclavo por ser de tez morena”. O también: “Tuve un amigo llamado Luigi con el que jugaba mucho desde niños hasta que crecimos y mis padres me dijeron que no me junte con él porque era adoptado. Aunque me caía bien tuve que dejar de verlo por mi propio bien”

Otros muchos testimonios son relatados en tercera persona, tal vez porque así se borra cualquier posibilidad de ser descubierto como la víctima real, pero solo encierran la triste situación de un niño o una niña que se siente perdido, no sabe qué hacer y tampoco quiere pedir ayuda por miedo al qué dirán o porque siente que no se logrará cambiar nada con denunciar: “Sé de un caso de una chica que tiene novio y éste le pedía fotos explícitas de ella, pero a ella no le gustaba eso y cuando tuvieron una pelea, para que él no la deje, le mandó las fotos que tanto le pedía. Él publicó las fotos y denigró su imagen”

Cada confesión es una espina en la mente y en el corazón de quienes escuchan. En este caso de Alfredo Rodríguez y su pequeño equipo de voluntarios, quien reconoció que hasta tuvo que ser hospitalizado una vez por toda la preocupación que le generan estos dramas y estas confesiones.

En los talleres que realizan ante el llamado de padres de familia o directores de colegio Alfredo cuenta el método que mejor les sirvió para obtener las confesiones: “Encontramos el camino a través de unos papelitos en los que los muchachos al fin se animaron a expresarse, con la condición de preservar sus identidades para no complicarlos más. Y sucedió entonces lo impensable: no solo hablaron, no solo lloraron, no solo expusieron las miserias en las que se debatían por el acoso escolar, también revelaron otro tipo de agresiones que los aplastaban, casos de violencia intrafamiliar, episodios de violaciones, intentos fallidos de suicidios, demasiada tragedia para sus pocos años de existencia. Pocos hablan, pero los papelitos cantan, ¡gritan el dolor contenido por muchos años!”.

Pero lamentablemente no son muchos los que reconocen el flagelo del bullying. “Un colegio muy prestigioso tuvo un episodio muy fuerte el año pasado. Los padres nos buscaron para dar talleres y nosotros convocamos a todos, estudiantes, padres y maestros. En estos espacios generamos la confianza necesaria, los chicos empiezan a contar sus historias, no lo hacen tan abiertamente, sino en papelitos sin identificarse y ahí saltan las historias. Muchos padres se han enterado recién en ese momento, muchos también fueron encarados. Pero debo decir que la actividad no se hizo en el colegio, nos tuvimos que ir a condominios y a patios de comida porque el colegio no lo permitió, tal vez por no complicar su estatus o no darse mala publicidad, siendo que esto le favorecería muchísimo”, lamentó Rodríguez

El activista contra el bullying es consciente de que las cosas no van a cambiar con un taller, pero ya es el primer paso. “Cuando convocamos no va el 100 % de los padres, pero con que vaya la mitad ya lo creemos exitoso, y que esos chicos cuenten su drama ya es un alivio para ellos, aunque lo hagan de manera anónima porque lo han venido cargando y sufriendo solitos y es ahí cuando los menos resilientes pueden tomar decisiones extremas como el suicidio”.

Una vez concluye el taller, nadie sabe cuál es el siguiente paso. “Cuando les dejamos la tarea de qué hacer al respecto, padres, profesores e hijos no saben cómo actuar y es normal, no tienen ninguna competencia para ello, no hay un protocolo, por lo tanto, están en un abandono único”, denuncia Rodríguez.

La estructura de vigilancia

Salomón Morales, de la Dirección Departamental de Educación explica que el director de la unidad educativa es el encargado de solucionar los casos de bullying y si se ve rebasado debe acudir a la dirección distrital y si esta tampoco soluciona el tema la Dirección Departamental entra en acción con su equipo técnico, en base a los planes y programas de la Ley Avelino Siñani.

“Cada unidad educativa tiene su reglamento interno para tratar estos casos. Cuando estos rebalsan su capacidad los atendemos nosotros y también interviene la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia. Nosotros asistimos con técnicos (sicopedagogos) que ayudan a superar las deficiencias. Si en ese colegio ha habido bullying, inmediatamente todo el colegio debería someterse a una capacitación. Luego se procede a hacer lo mismo con los padres y con los profesores”, detalla Morales, que da cuenta que de la gestión 2018 y los tres primeros meses de 2019 en el departamento de Santa Cruz se registraron 26 denuncias de bullying en unidades educativas.

Morales reconoce que cuando el caso ha ameritado expulsión se desnuda otra problemática, ¿a dónde va a parar ese alumno al que se expulsó y que ninguna otra unidad educativa quiere recibir? Ese alumno tiene derecho a estudiar y no debería ser perjudicado de esta manera. 

“Todos tienen que actuar. Por eso estamos elaborando un proyecto para la capital para que tenga un centro para que estos estudiantes tengan dónde proseguir sus estudios. Quienes tienen que asistir con infraestructura, equipamiento y con personal es la Alcaldía Municipal. En el tema de ítem lo que nosotros recibimos de nuestro ministerio lo podemos dar para que ningún estudiante se quede al margen de la educación por este tema, para eso tenemos un plan para la gestión 2020”.

A nivel departamental existen 3.392 unidades educativas, entre educación regular, alternativa y especial. Y cuando se le pregunta al director departamental sino es un universo muy grande al cual atender oportunamente en temas de bullying la respuesta es que los directores distritales tienen sus propios técnicos y las alcaldías tienen una Defensoría, entonces es un conjunto de personas que se involucran para solucionar el tema.

Por su parte, Rodríguez conoce familias que han estado más de cuatro años en los estrados judiciales y sus casos no prosperaron y al final tuvieron que sacar a sus hijos del colegio donde están sus abusadores. En otras oportunidades suelen haber careos entre la víctima y su abusador, “pero cuando se va la autoridad la situación de la víctima empeora”.

Desde los padres

Una madre de familia delegada de un curso de secundaria que ha estado en varios talleres sobre la temática de acoso escolar y que prefiere no ser identificada, confiesa que los casos más recurrentes tienen que ver con niños a los que se los molesta por su apariencia y por su forma de vestir.

Confiesa que lograr reunir a los padres es realmente complicado por un tema de horarios laborales y que los adolescentes en parte ya están cansados de que se les hable de bullying. “Estamos pensando qué hacer para este año y cómo ayudar a los chicos de otra manera”.