Los que son estafados por menos de Bs 3.000, no presentan denuncias

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2 de diciembre de 2018, 3:00 AM
2 de diciembre de 2018, 3:00 AM

Las estafas telefónicas con ‘el cuento de la maleta’, ‘el familiar detenido’ y los falsos remates de la Aduana, estuvieron en auge el último par de años en Santa Cruz. Según datos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), que dirige el coronel Gonzalo Medina, esta unidad policial recibió en promedio este año hasta dos denuncias por semana de este tipo de estafas.

Sin embargo, se ha logrado establecer que estos casos, que son atendidos por la unidad de delitos económicos y financieros, solo son denunciados cuando las víctimas pierden sumas superiores a Bs 3.000, y no así montos inferiores. En tal sentido, se considera que existe una ‘cifra negra’, es decir, desconocida, de quienes han perdido montos menores, señala Cristian Sánchez, director del Iitcup dependiente de la Felcc.

Los montos más altos que se han denunciado en este tipo de estafas alcanzan los $us 2.000.

Para realizar las estafas, los delincuentes ubican en redes sociales a personas que tienen familiares en el extranjero y, valiéndose de aplicaciones que hacen simular que se trata de un número de teléfono del exterior del país, escriben vía WhatsApp a su víctima haciéndose pasar por su familiar. Allí le dicen que ha perdido un vuelo pero que sus maletas subieron al avión, por lo que piden que sean recogidas a cambio de mercadería o dinero, que supuestamente está en la maleta. Para ello, dan un número con el que el familiar debe contactarse y desde ese número, le piden hacer un depósito a un número de cuenta bancaria a cambio de entregar la maleta.

“Apelan a la ambición de la gente de favorecerse con dinero fácil”, señala Sánchez, quien explica además que los delincuentes hacen lo que en lenguaje criminalístico se denomina ‘tiro a la bandada’, lo que significa que ‘disparan’ sus llamadas apuntando a muchas personas a sabiendas de que alguna va a ‘caer’.

En otra modalidad, la del ‘pariente detenido’, los delincuentes apelan al miedo de la gente, pues llaman a altas horas de la noche o en la madrugada haciéndose pasar por policías indicando que algún familiar ha ocasionado un accidente de tránsito y piden, a cambio de largarlo antes de llevarlo a una comisaría, que hagan un depósito de dinero. Incluso uno de los delincuentes se hace pasar por el supuesto familiar y habla brevemente fingiendo llanto para no ser reconocido.

La tercera modalidad es la del supuesto remate de Aduana, para lo cual pasan fotos de productos a precios bajísimos y piden depósitos de dinero a cambio de ‘reservar’ la mercadería. Todo es falso, una tramoya.

Se originan en Palmasola

Pese a que se ha detectado que estos hechos se originan en Palmasola, aunque su incidencia se ha reducido en los últimos meses, no se han logrado cortar del todo. Luego del 14 de marzo, se detectó que el exregente del penal, el fallecido Víctor Hugo Escóbar ‘Oti’ tenía un ‘ejército’ de ‘marquetineros’, como se denomina a los que hacen este tipo de estafas. Estas personas tenían ‘objetivos’ que cumplir para entregar dinero a ‘Oti’, quien incluso tenía una agencia de casa de cambio a su nombre fuera del penal con conexión dentro del reclusorio.

Luego del descabezamiento de ‘Oti’, otros internos fueron tomando la posta de este negocio. Pese a los controles policiales, en las requisas continuamente se vuelven a encontrar teléfonos al interior del penal.

El comandante policial Alfonso Siles, señala que por fin de año se intensificarán los controles en Palmasola para descabezar a los nuevos ‘marquetineros’, además de que se difunden mensajes preventivos dirigidos a orientar a la población. Incluso, dijo el miércoles de esta semana, el comando emitió una circular en la que ordenaba a los policías que ingresen al penal a cumplir su turno, lo hagan sin teléfono celular “para evitar susceptibilidades de que son ellos los que proporcionan celulares a los presos”.

A su vez, el subcomandante Igor Echegaray, recomienda a la población ser precavida y no caer en estos timos. “Si reciben llamadas de alguna institución, sean clínicas, hospitales, estaciones policiales que implica la presencia de víctimas familiares, no hagan caso, es una forma de timarlas económicamente; de la misma forma si reciben llamadas ofreciéndoles premios, sepan que ninguna empresa los otorga si no hay una difusión pública”, afirma.

La importancia de denunciar

Considerando que existen ‘cifras negras’ que no se denuncian, Sánchez comenta que la importancia de denunciar estos hechos, es que facilita la investigación puesto que a medida que se reciben la mayor cantidad de denuncias, se puede tener referencias de números telefónicos, modus operandi de las bandas, perfil de los delincuentes y de las víctimas. “Así tenemos una radiografía del delito que nos permite abordar de forma más directa y concreta los hechos y así llegar a los responsables”, afirma.

Si bien con la toma de Palmasola y los controles que se hacen para neutralizar las estafas vía teléfono que realizan los internos, Sánchez afirma que este tipo de estafas no va a desaparecer, pues “el fenómeno delincuencial es inherente a la natrualeza humana y cuando se neutraliza algún tipo de hecho delictivo, puede migrar hacia otra actividad, por lo que es esencial que la ciudadanía tome cuidados sobre su patrimonio y su vida”.

Una muestra de lo que afirma Sánchez es lo que explicó el coronel Medina a mediados de año, cuando dijo que los estafadores de la modalidad de préstamos ‘gota a gota’ estaban ‘migrando’ a los atracos a mano armada, lo cual fue comprobado después.

Vanessa, una joven profesional estuvo a punto de caer en la estafa del familiar herido. Ella cuenta que hace un par de semanas, la noche del viernes, una voz ronca la llamó a su número celular y le indicó que su hermano, uno que en realidad ella sí tiene, estaba detenido por haberse visto involucrado en un accidente de tránsito y si quería ayudarlo tenía que ir a una dirección que el delincuente le indicaba.

El sujeto se hizo pasar por un policía y tenía los datos precisos de su familiar. Vanessa estuvo a punto de salir al lugar del supuesto encuentro, con dinero para ayudar a su hermano, pero su esposo llamó a un policía amigo que los tranquilizó y así evitó su salida con un final, que posiblemente sería un asalto.