La organización ecologista de Holanda analizó bolsas y envases de plástico que les enviaron activistas de la plataforma ¿Plásticos? No gracias. Los resultados indican que estos productos se desintegran, pero no se biodegradan

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11 de marzo de 2018, 8:51 AM
11 de marzo de 2018, 8:51 AM

En Santa Cruz y en otros departamentos de Bolivia hay muy poca consciencia con el uso de envases de plástico y, peor, con el trato de los desechos de este material. Recientemente, los resultados de un estudio arrojados por la organización ambientalista Greenpeace International, con base en Holanda, demostró que ni siquiera las bolsas utilizadas por empresas y supermercados de las principales ciudades del país, y que se etiquetan como  ‘biodegradables’, cumplen con esta función.

Este estudio fue hecho a solicitud de la plataforma ciudadana cruceña ¿Plástico? No gracias, quien remitió a Holanda unas muestras de bolsas desechables plásticas provenientes de supermercados, farmacias, bolsas de leche, de helados y de sucursales transnacionales. Estos elementos fueron recolectados en Santa Cruz y en La Paz por Ana Beatriz Landívar y por Esther Ballerstaedt, miembros de ¿Plástico? No gracias.

La mayoría de las bolsas tenían impresas en la parte inferior derecha o izquierda el logo y la palabra ‘oxodegradable’, nomenclatura internacional correspondiente a bolsas biodegradables, supuestamente benéficas para el medioambiente, comparadas con las bolsas plásticas comunes.

La respuesta de Elske Krikhaar, directora de Greenpeace International, fue que estas bolsas oxodegradables son fabricadas con polietileno, con aditivos que ayudan a la fragmentación del plástico. Según Krikhaar: “Estas bolsas no son más benignas para el medioambiente que las bolsas de plástico normales. Pueden fragmentarse más fácilmente, pero no se biodegradan. Basta recordar que, al igual que el polietileno, demorará mucho tiempo en degradarse naturalmente en el ambiente. Nuestras pruebas de laboratorio habrían arrojado resultados diferentes si las bolsas estuviesen hechas de almidón u otros polímeros biodegradables, que se degradan fácilmente”, expuso la activista, y concluyó que este tipo de plástico no es una solución sostenible a largo plazo porque los fragmentos realmente no se biodegradan.

Más acciones

Beatriz Landívar dijo que el tema del plástico los viene preocupando de manera individual y como plataforma. Este estudio surgió cuando vieron que muchas empresas se jactaban de tener sus envases biodegradables, “pero los resultados demostraron que no es así”, señaló Landívar. 

Según datos de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), Bolivia consume 1,3 millones de bolsas plásticas al día, eso significa 474,5 millones de bolsas al año (para un país de 11 millones de personas), de las cuales aproximadamente el 40% lo consume Santa Cruz.

Además, el departamento cruceño genera 570.000 toneladas de basura al año, esto significa el 35% de lo que produce Bolivia entera, es decir, que nuestra ciudad es la primera a escala nacional en generación de basura. El 77% de esa basura proviene de los domicilios y el 23%, de los restaurantes, de los comercios. Finalmente, de toda esa basura, el 55% son residuos orgánicos; el 22 %, residuos reciclables; y el 23%, no reciclables.

Concienciación

Landívar, que también trabaja en la plataforma ¿Plástico? No gracias con los expertos Esther Ballerstaedt, Roland Campen y Guido Chávez, además del apoyo desde Inglaterra de Bruna Antelo, dijo que la idea de obtener estos resultados es  hablar con otras organizaciones que están interesadas en el tema del tratamiento de los plásticos e iniciar un trabajo arduo de concienciación. “El tema de la basura en general es muy preocupante, queremos hacer una campaña de concienciación y que la misma ciudadanía ejerza un mayor cuidado en el uso de los envases y bolsas plásticas”, comentó Landívar.

La activista cruceña dijo, además, que no conoce ningún emprendimiento en la ciudad que apoye y lleve a cabo una campaña para acabar con el uso de las bolsas de plástico. “Los supermercados deberían hacer como en otros países: si necesitan bolsas de plásticos, que el cliente pague por ella, porque mientras nos regalen las bolsas no pensamos en el medioambiente. Nos entregan bolsas por cualquier producto, por más pequeño que sea”, apuntó Landívar.

Para contribuir con el reciclaje de la basura, y del plástico en particular, desde hace nueve años funciona en Santa Cruz la Red de Recolectores de Santa Cruz, que está a la cabeza de Neida Tamayo.

Heiver Andrade, de la Fundación Amigarse, fue uno de los impulsores de esta red, que está conformada por 40 asociaciones y la integran actualmente más de 500 familias en todo Santa Cruz.

“La Red de Recolectores fue creada siempre con la intención de darle una mirada sustentable a este proceso. Empezaron con tres motos que nosotros les dimos, después fueron adquiriendo más”, explicó Andrade, quien dijo que para estas familias se ha convertido en un modo de vida importante y resaltó que la mayoría de las trabajadoras son mujeres mayores, que muchas veces hacen su labor en condiciones adversas.