Varias personas particulares colocaron alambradas para impedir que los visitantes ingresen a lo que llaman su propiedad privada. La Alcaldía busca hacer valer la declaratoria de zona turística del 2000

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26 de agosto de 2018, 4:00 AM
26 de agosto de 2018, 4:00 AM

Hasta hace pocas semanas, para ver los primero helechos gigantes, los turistas tenían que caminar 20 minutos, pero ahora ese tiempo ha subido a una hora, lamenta Inés Daza, guía de turismo de Samaipata y una de las personas que ha denunciado que parte de ese atractivo natural, que se inicia en la zona de Chorolque, ha sido alambrado por personas que con documento en mano han optado por hacer valer sus derechos de propiedad, en desmedro de la explotación turística que beneficia a todo un pueblo.

Inés y Milton Figueroa, secretario de turismo de la Alcaldía de Samaipata, han acompañado a EL DEBER hasta el lugar alambrado y hasta el corazón del bosque. Ahí, Milton dice que los helechos gigantes son el segundo destino de los turistas que llegan hasta el municipio, que de los 100.000 que se registran anualmente, el 40% acude a ver estas plantas, cuya edad oscila entre los 1.000 y 800 años de vida, las más antiguas, porque, como dice Inés, crecen apenas tres milímetros cada año.

Fue la explosión turística la que provocó el conflicto. El circuito que las operadoras habían trazado para mostrar el bosque de los helechos gigantes pasa por una zona que es de propiedad de cinco personas particulares, entre ellas la familia de Martina Baldelomar, que dijo que esas tierras fueron compradas por su padre Benito en 1973 y que el INRA les dio los títulos de propiedad de 70 hectáreas en el 2003.

“Desde el 2015 los propietarios venimos manifestando a la Alcaldía sobre nuestra molestia que el turismo no respete la propiedad privada. Las empresas operadoras empezaron a entrar de a poco sin pedir permiso y aprovechando nuestra buena fe hicieron miradores y caminitos. No estamos en contra del ecoturismo. Lo que no estamos de acuerdo es que lo exploten dentro de una propiedad privada. Les dimos alternativas, como el desvío del recorrido, porque toda esa zona tiene la misma estructura, los mismos árboles, los mismos helechos”.

Y ante los alambres que se interponen en el circuito, los guías turísticos han optado por modificar el circuito, lo cual, según Inés Daza y Milton Figueroa, ya ha generado varios efectos lamentables. Por una parte, por la zona de las alambradas se encuentran los helechos más pequeños y en crecimiento, que ahora ya no se pueden ver, y, por otra, que los turistas mayores de edad ya no pueden llegar hasta el primer bosquecito, que antes se tenía acceso en solo 20 minutos.

Figueroa asegura que la Alcaldía seguirá buscando una solución, puesto que también se está analizando jurídicamente el hecho que existe una ordenanza que dispone que los terrenos en Chorolque quedan bajo tuición del gobierno municipal de Samaipata y que a partir del 11 de diciembre del 2000 los terrenos se declaran zona turística y patrimonio de la unidad del gobierno municipal de Samaipata. También recalcó que el bosque de helechos gigantes está dentro del área protegida Río Grande y valles cruceños como área de manejo integral.

En una parte del bosque, en una superficie de 100 metros por 50 aproximadamente, hay evidencias de que han cortado el monte bajo y varios helechos están sin la protección boscosa. Figueroa explica que ocurrió hace dos meses, cuando la comunidad de Chorolque pretendió ahí hacer un atajado de agua sin la autorización municipal. “Cuando nos enteramos, les hicimos llegar una nota de sanción”, aseguró.

Ben Verhoef, de la operadora Kaleidoscope Travel, insta a cuidar el ecoturismo en Samaipata y señala que la protección de los helechos no solo pasa por no cortarlos, sino también por cuidar las plantas que están a su alrededor porque ellas garantizan la humedad que necesitan para desarrollarse y vivir en un bosque sano.

Mira algunas imágenes del recorrido:

 

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