Quieren certificar con sellos de calidad los mercados que tengan espacios integrales para los niños. La faena infantil se da en la agricultura y en la albañilería, pero no hay forma para verificarlos

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12 de junio de 2018, 4:00 AM
12 de junio de 2018, 4:00 AM

“Yo le ayudo a mi madre, pero cuando tengo tarea salgo de la tienda y me voy a hacerla en la sala del mercado. No me regaña porque sabe que es por mi bien”, dice muy sueltamente a EL DEBER Michel Cortez Vela, de 10 años, una niña que vive y trabaja en el mercado ferretero de Alto San Pedro con su madre.

Los mercados urbanos de Santa Cruz de la Sierra son los lugares donde es más visible el trabajo infantil, cuyo día mundial se celebra hoy. Los niños también son ocupados en los sectores de la construcción y de agricultura. No obstante, estos pasan desapercibidos porque se cumplen normalmente en el ámbito de lo privado.

En el caso de Michel, por su naturalidad para hablar y su alta conciencia social, ha sido puesta en Alto San Pedro como una de las guías de un programa denominado Mercados amigos de la niñez, organizado por la Gobernación departamental, en el que hay un espacio integral de protección a los hijos de los comerciantes. “Mi trabajo es mejorar la vida de los niños. Cuando estamos jugando, les aconsejo que hagan sus tareas, que ayuden a sus padres, pero que no los exploten. A veces hablo con los papás, algunos me escuchan, otros no”, explicó la pequeña.

Atención específica
Lidia Mayser, responsable del área de trabajo infantil dependiente de la oficina de Políticas Sociales de la Gobernación, dijo que a raíz del manifiesto trabajo infantil en los mercados se desarrolló dicho programa, que consiste en habilitar un salón en cada centro, donde se controla que los chicos asistan al colegio, se los apoya en las tareas, se los integra a juegos recreativos y se les enseña sus derechos.

Mayser indicó que trabajan con alrededor de 250 niños de los mercados Alto San Pedro, Santa Rosa, 4 de Noviembre y Mercado Nuevo. Recientemente han entrado al 1.º de Mayo de la Cuchilla y al Germán Moreno de Montero.

Se espera llevar el programa a más de los 76 mercados del municipio, aunque hay resistencia en algunos centros, entre ellos el Abasto, Los Pozos y La Ramada.

Delia Agudo, presidenta de la Asociación 8 de Marzo, de Los Pozos, admitió que muchos comerciantes hacen trabajar a sus hijos menores y cree que si las autoridades dotaran de ‘buena’ infraestructura a los mercados, disminuiría el trabajo infantil.

“Que más se puede hacer si hay desorden. Yo, por ejemplo, me he quedado sin puesto en el nuevo mercado y vendo como ambulante en el antiguo. Así, muchos mandan a sus hijos a vender por los pasillos y a veces los chicos se van por mal camino y se meten a las drogas”, dijo Agudo.

Mayser expresó que se aplicará otro plan para certificar a los mercados que tengan espacios integrales y se respete a los niños. “Los niños viven prácticamente en el mercado, porque los comerciantes se levantan a las 4:00 para ir a recoger su mercadería y se los llevan”, señaló la funcionaria.

Merman en la zafra cañera
Pese a que la Ley 548, promulgada el 2014, estableció que en 2015 debía haber estadísticas sobre trabajo infantil en Bolivia, aún no hay datos actuales. Se manejan cifras de 2008, referidas a que a escala nacional hay 850.000 niños trabajando. De ese total, se calcula que en Santa Cruz hay 250.000 niños trabajadores, varios de ellos en la zafra de la caña de azúcar.
Mayser subrayó que el trabajo infantil en la zafra cañera ha sido erradicado un 90% gracias a un programa que se ejecuta desde 2003 en Santa Cruz.

El ingenio azucarero Guabirá ha sido certificado con la categoría B por quedar libre de trabajo infantil, libre de discriminación y libre de trabajo forzoso. En 2017, el ingenio Unagro fue certificado en la categoría C. Están en proceso de certificación los ingenios Santa Cecilia y Aguaí. “El sector azucarero ha venido trabajando bastante bien y se espera que los otros ingenios puedan optar por esta certificación”, expresó Lidia Mayser.

Según el artículo 131 de la Ley 548, los niños y adolescentes de 10 a 18 años deben expresar y asentir libremente su voluntad de realizar una actividad laboral.

El empleador está obligado a contar con permiso escrito de la madre, el padre, el tutor. Deberá ser autorizado por las Defensorías de la Niñez y Adolescencia para los adolescentes por cuenta ajena de 12 a 14 años; y el Ministerio de Trabajo para los trabajadores adolescentes por cuenta ajena mayores de 14 años.

ACTIVIDADES

Escenario indígena
Hoy, de 8:00 a 13:00, en la Casa de Gobierno, se realizará el segundo foro sobre trabajo infantil y adolescente desde la mirada de las naciones indígenas y el pueblo afroboliviano.

Feria en la Manzana Uno
Hoy, de 9:00 a 17:00, habrá una muestra sobre el trabajo infantil, enfocada en el tema de los derechos de los pequeños.

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