La tranquilidad reinó en los centros de abastecimiento. En el Abasto y en el nuevo mercado minorista La Ramada hubo ferias de masitas y flores de Todos Santos

El Deber logo
3 de noviembre de 2018, 4:00 AM
3 de noviembre de 2018, 4:00 AM

La tranquilidad reinó en los diversos centros de abastecimiento de la ciudad durante el Día de los Difuntos. Mientras en el mercado Abasto y en el nuevo mercado minorista La Ramada se desarrollaron ferias de masitas y flores de Todos Santos, en Los Pozos, La Ramada y el Mutualista, los comerciantes atendieron a sus clientes con normalidad, aunque el movimiento en estos lugares fue moderado.

En la tradición andina, la muerte es entendida como una transición porque, según esta cultura, la vida es eterna. Esta cosmovisión, que se ha extendido por casi toda Bolivia, donde se celebra una vez al año la fiesta de los muertos para recordar y compartir con las almas, se puso de manifiesto en las ferias dedicadas a la venta de elementos esenciales de esta celebración.

La señora Rita se dedica desde hace cuatro décadas a la producción de tantawawas y todos los productos que acompañan a la mesa de Todos Santos, una tradición que congrega a las familias en torno al recuerdo de sus seres queridos.

Ella fue una de las productoras que toda esta semana estuvo instalada en la Feria de masitas y flores de Todos Santos en el mercado Abasto del tercer anillo.

Las comerciantes alquilaron sus puestos en el lugar luego de que les fuera impedido instalarse en el nuevo mercado minorista La Ramada, donde también se instaló otra feria de Todos Santos.

“Acá vendemos del productor al consumidor. El concejal Cahuana nos impidió trabajar en la feria del nuevo mercado. Nosotros estábamos en la zona de la Cruz Verde (mercado La Ramada) pero con los traslados ya no pudimos seguir ahí. Algunas vendemos hace más de 40 años estos productos”, explicó Rita.

En el lugar se podía adquirir tantawawas y todas las variedades simbólicas que se utilizan en la mesa de los muertos (la cruz, el sol, la luna y la escalera), además de suspiros, rosquetes, rollos, mantecadas, alfajores y empanadas.

Los precios de estos productos eran diversos. Se podía comprar desde mantecadas a Bs 1 hasta tantawawas (muñeco de pan, que se prepara con harina de trigo, caramelos de colores y otros dulces para adornar y dar forma a una especie de bizcocho), cuyos precios oscilaban entre Bs 20 y 50, dependiendo del tamaño.

También se vendieron arreglos florales, coronas fúnebres y adornos para la ocasión.

Un clima de tranquilidad se pudo apreciar no solo en el Abasto, sino también en otros mercados, como La Ramada, Mutualista y Los Pozos, en los que no faltaron los ambulantes y vendedores en las aceras y calles, pero esta vez en poca cantidad.

Comerciantes de la Federación de Gremiales Unidos determinaron que desde el mes pasado dejarán sus puestos en el mercado minorista La Ramada, ubicado en el sexto anillo, entre la avenida Moscú y la carretera a La Guardia, para retornar de forma temporal a las calles aledañas a la avenida Grigotá, de donde fueron trasladados este año.

Tags