‘Cultura lectora’, con apoyo institucional e incentivo
Dos editores, una librera y un representante de un centro cultural cruceño estuvieron en EL DEBER para debatir puntos referentes a la cultura, a propósito del cierre de una librería y la supuesta falta de lectura en este departamento
El anuncio del cierre de la librería Trapezio en Santa Cruz, provocó una serie de comentarios e indignación sobre el devenir cultural de la ciudad. Era la primera librería que se abría en 15 años y solo permaneció en pie nueve meses, a pesar de la oferta de actividades con la que contaba y de la cuidadosa selección literaria de sus estantes.
Las críticas a la gestión cultural de las instituciones públicas y privadas cruceñas no se dejaron esperar, ya que se mencionó que en el departamento no existen políticas de fomento a la lectura y eso da como resultado una falta de ‘apego’ a la lectura en niños y jóvenes.
Para hablar de estos temas, EL DEBER armó una mesa de debate con cuatro involucrados con temas educativos y literarios: Alfonso Cortez, escritor y director de la Editorial La Hoguera; Rita Gravato, propietaria de la librería El Ateneo; Ricardo Serrano, director de la editorial El País y exlibrero; y Juan Pablo Sejas, director del Centro San Isidro.
Cultura lectora
La primera pregunta lanzada fue si en Santa Cruz existe una cultura lectora y si existe, cómo es en relación con otras ciudades de Bolivia. ¿Se lee menos acá que en otros departamentos? Alfonso Cortez cree que no existe ningún dato “concreto, objetivo o científico que pueda aseverar esa afirmación de que se lee menos acá que en otros departamentos”. Para Cortez, no necesariamente son las ofertas de libros formales en librerías de las ciudades las que van a dar como resultado una mayor o una menor cantidad de lectores en los centros urbanos.
Rita Gravato fue más allá y señaló que la Feria del Libro de Santa Cruz es la más exitosa del país, y es muy esperada por el público para comprar libros. “Sí hay cultura de la lectura aquí”, comentó Gravato, que apuntó a las cuatro sucursales que tiene su librería y en los volúmenes dedicados a los niños y a los jóvenes que tiene en ellas, que son muy demandados.
Ricardo Serrano tiene otra mirada a este asunto y observó que si hay una clase media creciente en Santa Cruz hay formas de medir. “Podemos comparar cuantos centros comerciales hay acá en relación con las librerías, y también comparar esto con otras ciudades, como Buenos Aires y Montevideo. Ahí sí se puede medir”, señaló Serrano.
El editor expuso además de que si Santa Cruz tiene una población universitaria de 100.000 alumnos, eso debería notarse en el consumo cultural, cosa que no sucede. “Eso dice mucho de nuestra calidad de formación”, apuntó.