Se trata del Fondo para Pequeños Proyectos Inspira. Los postulantes deben ser becarios o exbecarios de la embajada. La inscripción es hasta el martes. Aquí la experiencia de Peque Innova, que ganó el fondo de $us 3.000 el año pasado

El Deber logo
27 de agosto de 2018, 4:00 AM
27 de agosto de 2018, 4:00 AM

Guantes desechables, frascos vacíos de papilla para bebé, barbijos, mortero y algunas sustancias químicas que al entrar en contacto unas con otras cambian de estado ante los ojos maravillados de los niños. ¿Es magia? pregunta la voluntaria. No, afirma ella misma y rápidamente les aclara: ¡Es ciencia!

El episodio es parte de un taller de Peque Innova, un programa de educación gratuito, basado en talleres de áreas Steam (por su sigla en inglés: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) destinados a despertar la pasión por las ciencias en niños de cinco a 12 años que no pueden acceder a esas oportunidades.

“Los chicos pueden ser niños de escuelas privadas o públicas, de la ciudad o de áreas rurales, de hospitales y de orfanatos”, explica Annelisse Torrez, exbecaria de la embajada de EEUU y que el año pasado ganó un fondo de $us 3.000 para llevar a la práctica su proyecto altruista. La joven chuquisaqueña en el pasado se benefició con una beca para estar en un campamento de ciencias en el país del norte y retornó con las ganas de que los niños vivan un acercamiento con las ciencias, se maravillen y se enamoren de ellas.

El concurso de la embajada

El proyecto de Annelisse fue uno de seis proyectos ganadores, a los que la embajada financió con $us 100 hasta $us 3.000 para llevar a la realidad lo que trazaron sobre el papel dictado por la imaginación y las ganas.

Janina Prado, coordinadora del Programa de Becarios de la embajada de EEUU explica que el Programa Inspira nació en Bolivia para impulsar a todos los que alguna vez participaron del programa de intercambio educativo y cultural patrocinado por el gobierno de EEUU. “Se trata de impulsarlos a que se vuelvan multiplicadores de oportunidades, que se conviertan en inspiración para futuras generaciones de jóvenes bolivianos porque acceder a un programa de intercambio no es poca cosa, se pasa por un proceso de selección por méritos y la experiencia que llegan a adquirir es invaluable. El objetivo es que los exbecarios se vuelvan un ejemplo a seguir, como líderes, emprendedores, etc”.

El fondo Pequeños Proyectos Inspira nació hace dos años, la idea es que los becarios o exbecarios conformen equipos y presenten proyectos innovadores. La semana entrante se cierra la convocatoria que es hasta el martes 28 de agosto. Hasta la fecha se han presentado una decena de proyectos de todo Bolivia.

Peque Innova en Santa Cruz

El proyecto está en marcha en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. Aquí ya se llevó a cabo una primera experiencia con niños hijos de comerciantes de los mercados y el 8 de septiembre habrá una actividad abierta para todos los niños interesados en las áreas de biología, química, medioambiente y robótica. Serán talleres de 25 niños cada uno. “El cupo es de 100 niños en total sumando los cuatro talleres y se llevará a cabo en instalaciones del CBA. Solo se pedirá un monto mínimo de Bs 2,50 para la guía turística que se va a hacer por el museo de ciencias. Los niños que se vayan a presentar deben tener desde seis hasta 12 años”, explicó Gabriela Rocha, voluntaria de Peque Innova que estudia Ingeniería Financiera.

El taller dura tres horas. En el mismo se les explica la parte teórica de una manera dinámica y también se hace la práctica.

Claudia Requena, jefa de cultura y deportes del CBA, confirmó el apoyo a Peque Innova, pues sus instalaciones cuentan con un observatorio y La esquina de la Ciencia. “Nosotros más que felices de poder ser parte de ese grupo de jóvenes y que puedan darle el uso a nuestros espacios como se lo merecen”, dijo.

En una anterior experiencia, los voluntarios de Peque Innova se contactaron con el programa de la Gobernación y Unicef llamado Mercado amigo de la niñez, que tiene centros de apoyo escolar en los mercados como Alto San Pedro, Santa Rosita, Mercado Nuevo y La Cuchilla. Ellos les abrieron las puertas para brindar los talleres a una treintena de niños.

“Hubo niños verdaderamente curiosos, que querían aprender cómo se hacen los experimentos y repetirlos en su casa. Eran experimentos sencillos con materiales caseros. Otros nunca habían visto este tipo de actividades y un número menor ya tenía idea, ya había pasado clases anteriormente. Al final quedamos conformes porque se despertó el interés de los chicos. Eran niños hijos de los comerciantes del mercado”, contó Gabriela.

Hasta la fecha unos 1.100 niños se han beneficiado con este programa en los tres departamentos. Annelisse apuesta a seguir sembrando la curiosidad. “Cuánto me hubiera gusta que a mis cinco años me hayan brindado estas clases. Así se prepara el camino de los futuros líderes y científicos que van a transformar Bolivia”.

El fondo de la embajada está ahí, esperando por más ideas y más proyectos.