Niña Camba, una de sus inspiraciones, tiene más de 500 versiones. Vive en Santa Cruz desde hace cuatro años

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6 de septiembre de 2018, 4:00 AM
6 de septiembre de 2018, 4:00 AM

“Si quieren saber de dónde soy, de dónde vengo y a dónde voy, tengo el corazón gitano, guitarra en la mano por el mundo voy, pero mi corazón late en Santa Cruz, vive en Santa Cruz, está en Santa Cruz...”. Esta es parte de la letra de la canción Forastero, compuesta por el maestro César Alberto Espada Morales (74), músico y compositor orureño, autor de una de las canciones con más de 500 versiones, Niña Camba.

El maestro Espada se declara un amante de Santa Cruz, departamento donde radica desde hace cuatro años, después de vivir durante 40 años en México.

“Soy un enamorado del oriente boliviano, me encanta. Como nací en tierra fría, creo que el calorcito y las palmeras siempre atraen”, dice este hombre, que aprendió a tocar guitarra a los 14 años y que a los 16 asegura haberse vuelto loco por este instrumento musical, locura que lo llevó a formar un pequeño grupo musical.

Comenta que el taquirari Niña Camba lo compuso entre 1968 y 1969 (unos seis años después de haber conocido Santa Cruz) y que durante su estadía en México todos le preguntaban el significado de la palabra camba. “Yo les decía: ‘Señores, ustedes están un poco errados en su apreciación de Bolivia’, porque a Bolivia siempre le ponen como imagen una llamita, un indígena o las cumbres de nevadas. Yo les decía que eso era la cuarta parte de Bolivia, que el resto es la Amazonia, la cual no es difundida y que en esa región viven los cambas”.

Aunque Niña Camba es una de sus composiciones más conocidas, Espada comenta que su primer taquirari es Serenata Camba, que será grabado en breve y cuya letra dice: “Vengo esta noche a cantarte, cambita querida, esta copla de amor nacida de mi corazón; quiero decirte lo mucho que ansío tenerte en mi nido de amor; serás la dueña de mi corazón, para ti será mi inspiración; y voy a darte en un beso el dulce embeleso que brinda el amor. Cruceñita bella flor, reina del gran Piraí, quiero hacer nuestro nidito cerquita del río donde yo te vi; quiero hacer nuestro nidito en aquel rinconcito que te conocí”.