Tras la presentación voluntaria de Montenegro a la justicia boliviana se aviva el debate sobre las futuras acciones que tomará el Ministerio Público 

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11 de mayo de 2019, 18:39 PM
11 de mayo de 2019, 18:39 PM

El siguiente movimiento en este juego de ajedrez que se ha planteado a partir del caso del presunto narco Pedro Montenegro, que hoy se entregó a las autoridades está sobre la mesa: ¿El Gobierno decidirá extraditarlo a Brasil o lo mantendrá en el país? En el ámbito de los analistas, hay opiniones divididas y se aviva el debate.

Para el analista Gregorio Lanza, experto en seguridad y administración de conflictos, está claro que Montenegro tiene nexos con organizaciones de narcos en el extranjero. Advierte que los informes de la fuerza antidroga lo señalan como un exportador de miles de kilos de cocaína.

“Como se da en estos casos donde un personaje de esta naturaleza tenía protección de altos niveles de la Policía y no sabemos si también de Gobierno, considero que al final habrá una especie de acuerdo, un pacto entre Montenegro y esos niveles de la estructura del Estado. El ministro Romero ya mostró su detención como un logro extraordinario para intentar ocultar lo que es su responsabilidad: haber permitido que mandos de la institución verde olivo, incluso en niveles de padrinazgo (por eso Gonzalo Medina se queda más de tres años en su cargo) ofrezcan cobertura a quien acabó entregándose en esta jornada”, recalcó Lanza.

Además, manifestó que en Brasil opera la DEA estadounidense, “por ello es muy difícil que lo extraditen, porque en el vecino país, él puede acceder a acuerdos de arrepentimiento bajo protección, que no son lo mejor, y generar muchos problemas para el gobierno boliviano. Yo diría que es casi imposible que lo envíen”.

El politólogo Ludwig Valverde no comparte ese criterio. “Estoy convencido que retenerlo en Bolivia producirá una serie de sospechas, más allá de las que ya existen en este momento en el que se habla de una penetración del narcotráfico en el Gobierno. Entonces el Ejecutivo debe dar señales en ese sentido y se verá obligado a despachar a Montenegro a Brasil”.

Consideró que el intercambio será en el marco de la cooperación entre Estados, “seguramente se hará entre cuatro paredes y con la menor publicidad posible. Pero, el gobierno corre más riesgo si lo deja en el país, que al enviarlo”. El Ejecutivo está en jaque y la decisión que tome, tendrá más riesgos que beneficios, porque es un tema en el que ya está en duda su nivel de involucramiento, en eso sí coincidieron ambos analistas.

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