El sábado se produjo la muerte de Pablo Miguel Suárez, un joven que llegó de La Paz para unirse a las tareas de lucha contra los incendios forestales en la Chiquitania

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9 de septiembre de 2019, 7:42 AM
9 de septiembre de 2019, 7:42 AM

Pablo Miguel Suárez Nuñez tenía 34 años, era ingeniero civil y el hermano del medio de tres varones; ante la emergencia provocada por el fuego en la Chiquitania, no pudo quedarse indiferente y buscó la manera para estar como bombero voluntario. Su familia y amigos lo recuerdan como una persona amable y un amante de la naturaleza

El pasado jueves llegó desde La Paz formando parte del grupo Ajayu, con el que recibió una capacitación exprés para asistir en el escenario del fuego.

Cristian del Río, su amigo de infancia, relató que Pablo le pidió que lo acompañe y él aceptó, sin imaginar que en ese viaje “por amor a la naturaleza”, como él mismo lo definía, uno de los dos no retornaría con vida a casa.

Era una persona muy querida por nuestra familia, lo conocieron desde niño. Era tranquilo, deportista; le gustaba practicar sobre todo fútbol”, contó Cristian que fue su compañero en el colegio San Patricio de La Paz.

El informe oficial dado a conocer por Oscar Urenda, secretario de Salud de la Gobernación cruceña, indica que que Pablo Miguel falleció por un infarto en el miocardio con obstrucción de la arteria coronaria posterior, lo que le provocó una muerte súbita.  Juan Pablo también tenía diabetes y una cirugía en el cráneo.

“Es muy doloroso para mí saber que ya no está después de haber compartido los juegos de niños, la adolescencia y juventud, y ya en adultos seguíamos viéndonos y realizando actividades juntos; el único consuelo es que ha muerto como un héroe defendiendo al planeta como lo estamos haciendo todos su compañeros que vamos a seguir en este trabajo”, dijo Kelly Tejeda, responsable del grupo Ajayu.

Tejeda contó a EL DEBER que después de lo ocurrido el fin de semana, consideró replegar a su grupo de la línea de fuego, pero que que de forma unánime, decidieron quedarse en homenaje al compañero caído.

El cuerpo de Pablo Miguel llegó ayer a la ciudad de La Paz y fue recibido por sus familiares en medio del desconsuelo general. Antes, en Concepción, los comunarios, bomberos, brigadistas y voluntarios, le rindieron un homenaje póstumo y lo declararon héroe por su labor.

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