La ampliación otorgada por la Gobernación puso en alerta a los vecinos de Normandía quienes no descartan 

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25 de junio de 2018, 4:00 AM
25 de junio de 2018, 4:00 AM

La proximidad del 30 de junio, fecha que señaló la auditoría ambiental para el cierre del relleno sanitario, y la reciente emisión de una licencia ambiental de la Gobernación que otorga una prórroga para su funcionamiento  hasta junio de 2019, desencadenó la alerta de los vecinos de los 24 barrios que comparten el espacio de Normandía.

Sobre la ampliación de la licencia, Cinthia Asín, secretaria de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de la Gobernación, informó que Emacruz solicitó una prórroga del plazo de cierre del vertedero de Normandía del 30 de junio de 2018 al 30 de junio de 2019, aduciendo que por procesos administrativos y legales aún no estaba en funcionamiento el nuevo sitio destinado al relleno sanitario de Santa Cruz de la Sierra. 

“En este sentido, la Gobernación, precautelando la salud pública, analizó la posibilidad de dar curso a la solicitud a base de los estudios de capacidad volumétrica realizados en la auditoría de 2015 y la auditoría voluntaria de 2017, donde se estableció que alcanzando un nivel de compactación de 0,95 toneladas por metro cúbico, se tiene la capacidad de seguir operando hasta junio de 2019, fecha en la cual el municipio deberá realizar el cierre de forma improrrogable”, indicó la autoridad.

La Gobernación inicialmente otorgó como fecha de cierre el 30 de junio de 2018, precisamente para prevenir cualquier imprevisto; sin embargo, la nueva fecha establecida el 30 de junio de 2019, según Asín, no tiene prórroga.

La secretaria de Medio Ambiente explicó que en este periodo el municipio deberá continuar los procesos administrativos necesarios para garantizar que, hasta junio de 2019, se tenga construido y listo para operar el nuevo relleno sanitario, el cual actualmente está en proceso de cumplimento de las normas técnicas y legales para el proceso de licenciamiento ambiental.

La realidad de los vecinos

Entre los habitantes de esta insalubre zona se encuentran Demetrio Pérez, de Villa Paraíso; Hernán Ricaldi, Felipe Ocampo y Jessica Saavedra, de la avenida Paurito, y Julián Cruz, de Villa Tranquila 1, que reclaman por la contaminación del aire, del agua y del terreno.

Ricaldi coincidió con Pérez al expresar su descontento sobre la ampliación del funcionamiento del vertedero, mientras se reunían para convocar a los vecinos de la zona para tomar medidas al respecto. Las palabras ‘bloqueos’ y ‘marchas’ sonaron con énfasis, a la vez que se quejaban de los malos olores que respiran a diario, porque llevan más de una década asentados en esa zona.

“El vertedero continuará ocupando el espacio físico actual cumpliendo con la etapa de cierre técnico que monitorea la calidad de los factores ambientales (aire, agua y suelo)”, indicó el gerente de Emacruz, Jhonny Bowles, para tranquilidad de los vecinos de los distritos 8 y 14.

Por su parte, Asín indicó que dará este lunes una información más detallada sobre la ampliación de la licencia ambiental al relleno municipal de Normandía.

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La secretaria de Medio Ambiente, Michelle Lawrence, explicó que la norma indica cómo proceder cuando el relleno sanitario municipal al fin sea cerrado. Aseguró que todos los pasos serán cumplidos por el municipio.

“Todo relleno sanitario tiene una vida útil y una vez cumplido ese tiempo, viene el periodo de controles, eso queda como un pasivo ambiental que tiene que ser ‘inertizado’ (que significa dejar quieto o inactivo), para que no genere ningún tipo de polución ni contaminación.

Entonces, se sigue haciendo la captura del biogás, se continúa con la recolección de los lixiviados y los habitantes seguirán viendo esas montañas verdes que cubren las fosas de residuos, que con el tiempo irán bajando o degradándose”.

El tiempo que indica Lawrence para este tratamiento es de aproximadamente 20 años. En ese predio lo único que se puede hacer es trabajos de paisajismo, y el mismo quedará como un parque, pero los controles deber ser permanentes.

"Normandía comenzó a funcionar en 1994, pero cualquier proyecto de este tipo puede tener una vida útil de 40 o 50 años, dependiendo del manejo y la tecnología que se aplique. El mayor problema no es ese actualmente, porque se ha demostrado técnicamente que tiene capacidad, es el que está rodeado de barrios y hace mucho tiempo que dejó de cumplir con el kilómetro de distancia con un asentamiento humano", sostuvo Lawrence.