De ese total, el 15% tiene cáncer de mama. Las pacientes deben pagar los estudios previos que se hacen fuera del hospital para confirmar un diagnóstico y el tratamiento demanda desde Bs 5.000 hasta Bs 20.000

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21 de octubre de 2018, 3:00 AM
21 de octubre de 2018, 3:00 AM

Al Hospital Oncológico el año pasado llegaron 1.680 pacientes nuevos con cáncer, de los cuales los principales fueron cáncer de cuello uterino (25%) y de mama (15%), en ese orden. Así lo confirmó el secretario de Salud y Políticas Sociales de la Gobernación, Óscar Urenda, y se animó a afirmar que un 80% llega con el cáncer ya complicado.

Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 19 de octubre se celebra el Día Mundial del Cáncer de Mama con el objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan y asistan a a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos. La prevención es la llave para luchar contra este mal porque la detección precoz mejora el pronóstico y la supervivencia de los casos de cáncer de mama.

En nuestro medio una paciente con este mal tiene que comprar todo, no existe cobertura alguna del Estado. El dinero empieza a salir del bolsillo de la paciente ni bien se empieza a dibujar un diagnóstico. En palabras del oncólogo Diego Montenegro, la paciente necesita mamografía, tomografía, biopsia... y todo eso va sumando. “Después, según la característica molecular del tumor, se inicia el tratamiento, que dependiendo del caso puede llegar a costar desde Bs 5.000 hasta Bs 20.000 por cada ciclo”.

En el Oncológico existen categorías al momento de cobrar, hay precios muy reducidos para diferentes pacientes, pero los estudios externos (que no se hacen en el Oncológico, como una ecografía cardiaca, inmunohistoquímica, centellografía ósea, resonancia magnética, por ejemplo) no tienen rebajas porque la paciente se los debe realizar en instituciones privadas y, lo que es peor aún, se los debe hacer lo más rápido posible porque en el cáncer el tiempo es crucial para no darle chance de avanzar. Generalmente es aquí donde empieza a fallar la gente que no logra un diagnóstico rápido porque se demora en conseguir los recursos económicos.

Un coloquio sobre el cáncer

El tema cáncer de mama se puso sobre la mesa en un coloquio al que convocó EL DEBER y del que participaron Óscar Urenda, secretario de Salud y Políticas Sociales de la Gobernación; el oncólogo Diego Montenegro, el sicólogo-oncólogo Eduardo Velasco, el diputado Amílcar Barral, que introdujo un proyecto de ley de atención gratuita para los enfermos con cáncer y que hasta la fecha no ha avanzado un milímetro y también fue invitado el ministro de Salud Rodolfo Rocabado que estuvo en Santa Cruz estos últimos días, sin embargo este no contestó nuestra invitación. De la misma mesa participó Benita Gareca, madre de familia con 8 hijos, una de los cuales, con solo 17 años, lucha contra el cáncer de mama. Benita no entiende de estadísticas, de incidencia, ni de presupuestos, solo conoce el aprieto económico, el extender la mano para reunir los Bs 1.568 que necesita para la ‘quimio’ del martes de Yanine.

El tema es complejo. Todos coinciden y Urenda cree que en tanto se puedan crear otros centros a mediano plazo -porque no se pueden crear de la noche a la mañana- es mucho más fácil fortalecer el Oncológico de Santa Cruz para volverlo un centro de referencia nacional con las condiciones para ello. “Funcionamos hasta donde podemos con una gran ayuda del voluntariado, la Legión Cruceña del Combate al Cáncer, las Damas Argentinas, Mi Refugio, Afanic Bolivia, Afanic España... El error que se comete es que no hay políticas de salud y en cambio quieren hacer política con la salud cuando hacer salud en serio requiere presupuesto y voluntad política”.

Un hospital de dolor, pero también de milagros

Para el sicólogo-oncólogo Eduardo Velasco, en Santa Cruz hay ángeles desconocidos que llegan a ayudar de todas formas. “Siempre se ve a alguien que está ayudando, en este momento estoy seguro de que hay alguna persona solidaria haciendo algo, llegan con Bs 20; en la noche veo gente que aparece con té y pan para darle a los enfermos o a sus familiares. Pasan cosas maravillosas en el Oncológico”, revela a tiempo de aclarar que él ha estado en otras ciudades, pero aquí en Santa Cruz hay mucha solidaridad. “Este hospital es un hospital de dolor, pero la gente lo hace un hospital de milagros”.