Tres entendidos en el tema sugieren que lo chicos gasten energía en exteriores, que estén en contacto con la naturaleza y que pasen menos tiempo en las pantallas de TV, la tablet, la ‘compu’ o el celular

El Deber logo
4 de noviembre de 2018, 10:15 AM
4 de noviembre de 2018, 10:15 AM

A paseo sobre el lomo del caballo, un pequeño de no más de cinco años se ve feliz. Hace calor y estar al aire libre no lo agota, todo lo contrario, lo estimula. Dos instructores velan de cerca todos sus movimientos, mientras otros niños esperan ansiosos su turno para montar. En total son seis los caballos que estarán a disposición en el programa de verano: Viento Divino, Magno (ambos ponis), Pegaso, Tonnerre, Alas y Leonardo. Eso sí, ninguno tiene la mística de Pegaso, “el caballo más sensible”, dice María Belén Ibáñez, sicóloga especialista en intervenciones asistidas con animales, que ya tiene listo el programa que empieza el 26 de noviembre.

Pegaso tiene reacciones de apego que a veces “parecen humanas”, se acerca a los niños que están muy tensos como los que tienen parálisis cerebral y se deja tocar por ellos hasta que se calman. María Belén asegura que el contacto con los animales le hace mucho bien a los niños y adolescentes. Desde su opinión profesional, que los chicos estén en contacto con la naturaleza va a ser siempre la mejor opción. “Muchas de las corrientes actuales en el tema de desarrollo se están enfocando en volver al contacto con la naturaleza (plantas y animales). Hay que buscarles un lugar en el que puedan estar al aire libre en lugar de estar en un ambiente cerrado que es a lo que están acostumbrados. La tecnología, por ejemplo, trae consecuencias a nivel neurológico y de la visión. Hay que buscar la estimulación multisensorial en lugar de lo virtual, hay que trabajar mucho con las manos y en contacto con la naturaleza”, vuelve a subrayar.

Hay dos programas, el de apoyo y rehabilitación terapéutico (con profesionales de la salud) y el de iniciación a la equitación para niños de 2 a 5 años, que viene a ser como el pre kínder de la equitación (con profesores ecuestres).

Asegura que el avance que más rápido se ve es el físico y el motor: ayuda a la postura, la coordinación y el equilibrio, pero paralelamente hay un desarrollo emocional que cala en la autoestima y la motivación. “El subirse al caballo cuando uno tiene temor implica la superación de un miedo, eso ayuda a forjar carácter y al desarrollo emocional”.

Niños con alguna capacidad diferente como síndrome de down, autismo, parálisis cerebral, distrofia muscular o con problemas conductuales y de déficit de atención también pueden ser beneficiados con el contacto con los equinos. “También se recomienda cuando el niño está atravesando una difícil transición, como un divorcio o la ausencia de algún familiar”, concluye.

Pero esta no es la única alternativa para los chicos que en pocos días van a estar meses descansando del colegio. ¿Qué hacer con su tiempo libre? es el dilema que por estos días están dilucidando los padres.

Lo que dicen los expertos

“En las bibliotecas municipales hay cursos gratuitos de lectura, arte, pintura, teatro o de instrumentos musicales. Los padres pueden armar un horario de manera de que los chicos pasen toda la mañana o toda la tarde ocupados y es una manera de atraer al niño hacia la biblioteca porque leer es un hábito que se ha perdido, muchos ni conocen el olor de los libros. Que no sea una limitación tener que inscribirlos sí o sí en clases particulares, tenemos espacios públicos en donde también hay actividad física y artística gratuita promocionada por centros culturales”, expresa Susana Gutiérrez, sicopedagoga.

Sobre el punto, la red de bibliotecas municipales ejecuta las Vacaciones útiles en los periodos de descanso pedagógico (invierno y verano) desde hace varios años, explicó William Rojas, director municipal de Bibliotecas. “El objetivo central de esta actividad es que la niñez y juventud aprovechen su tiempo de descanso de una manera productiva, lejos de la obligatoriedad de los estudios reglados, de ahí que las actividades sean de carácter lúdico y entretenido provocando una aproximación divertida y placentera a materiales de lectura”.

La red de bibliotecas municipales no tiene una programación uniforme porque eso depende de las habilidades y destrezas con las que cuenta cada una de las personas que trabajan en las bibliotecas, sin embargo, en casi todas se realizan manualidades, pintura, juegos (bajo techo o al aire libre), algunos talleres de lectura, visionado de películas y leyendas del oriente boliviano y otros. “Este año las bibliotecas municipales de barrio tendrán actividades gratuitas como siempre, actualmente están trabajando en la programación. El año pasado unos 15.000 niños y jóvenes se beneficiaron de su oferta”, se explayó Rojas detallando que existe una biblioteca municipal en todos los distritos, excepto en el 14 y el 15 (Paurito y Montero Hoyos).

Por su parte, la sicóloga Luz Daniela Ramos del Centro Vivir Feliz recomienda dejar los primeros días libres “porque son necesarios unos días de descanso absoluto de las tareas escolares. Si ha habido problemas con el aprendizaje, definir si es necesario un apoyo, ejercicios y lecturas. Y no olvidar establecer tiempos para compartir en familia como cocinar juntos, organizar paseos, programar juegos de mesa, etc. para fortalecer los vínculos positivos y la comunicación”.

Johnatan Vaca, educador de Protege tu corazón Bolivia hace notar algunos aspectos importantes. “Aprovechemos el desayuno en familia y como somos muy querendones de las ‘sobremesas’, saquemos partido de las conversaciones después de las comidas, que son un hermoso espacio de resolución de conflictos, intercambio de experiencias e ideales para abordar temas que puedan contribuir a la formación integral de nuestros hijos”.

Y en cuanto a la preocupación que pueda generarnos alguna materia en la que nuestro hijo no esté muy bien, Vaca hace notar que existen diversos programas educativos que no son necesariamente tediosos para reforzar materias. “Pero también tengamos en cuenta que nuestro sistema educativo no diferencia las diversas habilidades que tienen cada uno de los estudiantes. Es decir, puede que nuestro hijo no tenga las notas que desearíamos en determinada materia pero en otra es más aplicado. No debería alarmarnos esta situación ya que si mi hijo no es el mejor en matemáticas pero sí en biología es probable que cuando vaya a la universidad decida ser médico y no ingeniero.