El 74° periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU comenzó el martes 17 de septiembre, pero desde el 24 hasta el 30 tendrá lugar el segmento de presidentes, primeros ministros y cancilleres de la Asamblea General

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22 de septiembre de 2019, 13:00 PM
22 de septiembre de 2019, 13:00 PM

Igual que cada septiembre, líderes de todo el mundo se darán cita en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, para exponer sus visiones sobre temas de la agenda global. Este año América Latina llega preocupada por la crisis de Venezuela.

La oportunidad es única: reunidos en un mismo lugar durante días, tras meses de agendas cruzadas, declaraciones enfrentadas, alianzas y estrategias geopolíticas, los líderes de más alto nivel se ven las caras y es entonces cuando los dardos y los elogios atraviesan la sede de la ONU en Nueva York.

El 74° periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU comenzó el martes 17 de septiembre, pero desde el 24 hasta el 30 tendrá lugar el segmento de presidentes, primeros ministros y cancilleres de la Asamblea General. Ahí se verán las caras los máximos líderes políticos y, básicamente, cada uno pondrá sobre la mesa su visión de cómo debe regirse el orden mundial.

Venezuela y el impacto de su crisis en la región

Sin la presencia del presidente venezolano, Nicolás Maduro, Venezuela será por segundo año consecutivo el foco de las conversaciones.

En un contexto de escalada de tensiones con su vecina Colombia (donde Maduro desplegó a sus tropas para realizar ejercicios militares frente a lo que considera una “amenaza guerrerista” de Bogotá), Venezuela estará representada por la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y el canciller, Jorge Arreaza.

La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, indicó este sábado 21 de septiembre que denunciará la supuesta vinculación del jefe del Parlamento, Juan Guaidó, con el grupo criminal colombiano "Los Rastrojos" ante las Naciones Unidas, a donde también llevará más de 13 millones de firmas contra el "bloqueo" de Estados Unidos.

Al margen de las intervenciones oficiales, el problema venezolano también centrará una reunión del presidente de EE. UU., Donald Trump, con líderes latinoamericanos prevista para el miércoles 25, así como los contactos de los miembros del Grupo de Lima presentes en Nueva York.

La región, dividida en torno a la crisis en Venezuela

Venezuela divide las aguas. Países como México, Bolivia y Uruguay se han distanciado de otras naciones de la región al no reconocer a Juan Guaidó como presidente del país y, en el caso mexicano por ejemplo, han recurrido en sus argumentos a la libre autodeterminación de los pueblos. La crisis venezolana de hecho provocó la retirada de Uruguay de la última sesión especial de la Organización de Estados Americanos (OEA), porque el organismo reconoció a los enviados de Guaidó como representantes de la nación petrolera.

En este sentido, América Latina, llega en un contexto de cierta fragmentación. Un contexto bien diferente al de años atrás cuando organismos como el ALBA, Unasur y la Celac agrupaban a casi todos los Gobiernos de la región en un momento de mayor “alineamiento ideológico”. Aunque algunos expertos sostienen que ese alineamiento se mantiene, solo que cambió de rumbo, de izquierda a derecha.

El debut de Jair Bolsonaro

Uno de los momentos más esperados en la previa a la Asamblea General de 2019 es la intervención del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien abrirá el martes 24 la reunión de alto nivel y debuta en esta histórica tribuna de líderes.

Bolsonaro llega a Nueva York cargando un prontuario de polémicas declaraciones que van desde la xenofobia y la misoginia, hasta la defensa del uso de armas. La presencia del mandatario suma más atención en una cumbre atravesada por el debate sobre el cambio climático. Con la Amazonía en el centro de las miradas tras ser arrasada por miles de focos de incendios y con una política medioambiental que privilegia la explotación de la selva por su riqueza maderera, su presencia estará en el centro de atención.

Presidentes latinoamericanos ausentes

Además de Nicolás Maduro, la ausencia del presidente cubano, que sí estuvo en la Asamblea el año pasado, se produce en momentos de máxima tensión entre La Habana y Washington. El contexto: las nuevas sanciones que endurecen el embargo y la severa crisis de abastecimiento de combustible en la isla caribeña, por la que los cubanos responsabilizan a Estados Unidos.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tampoco acudirá a la que habría sido su primera intervención en la ONU. México estará representado por el canciller Marcelo Ebrard, quien adelantó que llevará al organismo la lucha de su país contra el racismo.

Varios países de la región llegan sumergidos en crisis internas

En términos generales, salvo excepciones, Latinoamérica llega a la ONU sin agenda común y con problemas internos. Además, algunos mandatarios de la región se encuentran en plena carrera hacia su reelección.

Los líderes de Argentina, Mauricio Macri, y Bolivia, Evo Morales, acuden a la Asamblea General en medio de sus respectivas campañas electorales, por lo que esta podría ser su última intervención en el foro.

Si de conflictos internos se trata, un caso paradigmático es el de Argentina. El país más endeudado de la región llega a Estados Unidos en medio de una de las peores crisis económicas de su historia y a casi un mes de las elecciones presidenciales. Mauricio Macri llega a Nueva York golpeado, tras perder las elecciones primarias frente al peronista Alberto Fernández.

Al igual que Macri, el presidente de Bolivia, Evo Morales, se juega también en octubre un cuarto mandato en medio de una polémica acerca de la ilegalidad de su reelección.

Colombia aterrizará en suelo norteamericano con varios frentes abiertos. Al “enfrentamiento” con Venezuela se suma el dificultoso proceso de implementación de los acuerdos de paz con la exguerrilla de las FARC, luego de que varios líderes se apartaran del proceso, plantaran una disidencia y retornaran a las armas.

El resto de la región, especialmente Centroamérica, asistirá fragmentada y debatiéndose entre la búsqueda de la prosperidad y los problemas que arrastran hace décadas: corrupción, inestabilidad institucional, inseguridad y migración.

Con EFE y Reuters

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