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13 de marzo de 2019, 4:00 AM
13 de marzo de 2019, 4:00 AM

Santa Teresa de Jesús decía: “¡Dios me libre de santos encapotados!”Cuenta su enfermera, Ana de San Bartolomé que la santa de Ávila “no era amiga de gentes tristes, ni lo era ella, ni quería que los que iban en su compañía lo fuesen”.

Pero eso de ser santos, ¿quién puede? ¿quién quiere serlo? Atención cristianos del mundo, todos los bautizados y creyentes estamos llamados a la santidad.

Hay que determinarse a vivir con el deseo de dejarse transformar con la acción renovadora del amor de Dios. Luego, disponer el corazón, la mente y el cuerpo, de oración y ayuno, activando las hormonas de la felicidad para dejarse conducir con el gozo y la fuerza del Espíritu Santo.

El padre Jerónimo Gracián, director espiritual de Santa Teresa de Jesús, aconsejó en el siglo XVI a los sacerdotes melancólicos para que sean más alegres, sin dejar de buscar la santidad. ¡Vamos a renovarnos, seamos santos alegres! Aquí unos consejos.

1. Practicar la obediencia con alegría y buen humor.

2. Guardar un comportamiento casto y puro. Cuidar lo que tus ojos ven y tus oídos escuchan.

3. Vivir la fe que profesas. Con un deseo sincero de vivir encuentros con Aquél que te habita y te ama.

4. Hacer ayuno y penitencia. Preferir alimentos que le hacen bien a tu cuerpo y a tu alma. Y beber mucha agua. Como decía santa Teresa “que anden encharcados”. Demostrar alegría en los días de tu ayuno.

5. Practicar el espíritu de pobreza.

6. Orientación, confesión y comunión. Modificar tus pensamientos negativos con experiencias positivas. Así podrás disfrutar más de tus momentos de oración y de tu encuentro con Dios en la Eucaristía, con un alma liviana, alegre y pura, liberada de toda culpa y tristeza.

7. Buscar la humildad y la paz que viene de Dios. No te pierdas en enojos como consecuencias de las circunstancias de la vida.

8. Realizar trabajos manuales. Ocupate del jardín, pinta, haz manualidades, cocina, borda, teje, algo que puedas hacer con tus manos y que te permita orar.

9. Buscar la luz. Sal a caminar; lleva tu rosario para rezar o ve a un parque a memorizar Salmos. Alaba y bendice a Dios disfrutando de la naturaleza.

10. Hacer ejercicio. Además de hacer un esfuerzo físico puedes convertirlo en una ofrenda a Dios.Vivir esta cuaresma buscando la santidad como Dios manda y hacelo con un espíritu alegre como Jesús enseña, así no serás un santo encapotado, sé un santo alegre que alaba y glorifica a Dios en la vida diaria, fortalecidos y alimentados por su amor.

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