Activista y misionera. Conversamos con ella en el noveno día de huelga de hambre. Firme en su lucha por la defensa de la vida y contra la ley de despenalización del aborto

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20 de diciembre de 2017, 4:00 AM
20 de diciembre de 2017, 4:00 AM

La levantamos de una colchoneta que instaló bajo la galería del edificio de la brigada parlamentaria cruceña, junto con once personas. Ella cumplía nueve días de huelga de hambre y en un banco de la plaza, mientras desayunaba un jugo de piña con agua, comentó que había bajado de peso y ese ayuno voluntario había fortalecido su espíritu y le enseñó a dominar su cuerpo.

Sandra Serrano Cortez vda. de Dick está entregada a la misión evangelizadora de la Iglesia católica desde hace 27 años. Trabaja para Dios los 365 días del año. 

Como presidenta del Consejo Arquidiocesano de Laicos ha asumido el compromiso de defender la vida. Es parte del directorio de la plataforma ciudadana Por la vida y la familia, que propone que se respete la Constitución Política del Estado, que norma la protección del ciudadano desde su concepción hasta su muerte.

 ¿Por qué está en la huelga?
Para defender la vida y la libertad que son los bienes más preciados. A mí se me permitió vivir y peleo para que otros tengan la misma oportunidad. Mientras que la libertad es otro bien valioso, imagínense que el mayor castigo para el ser humano es la prisión. Y hay muchos privados de libertad siendo inocentes, todo porque la CPE está siendo violentada en diversos ámbitos.

 ¿Qué plantea la plataforma?
La plataforma está compuesta por gente católica (como yo), evangélica, hombres y mujeres cívicas, hay gente de la oposición y del oficialismo; aquí estamos todos los que amamos la vida, eso es lo único que nos mueve.  

Mis compañeros de lucha no tienen ningún interés económico ni político, estamos luchando por la vida y la libertad.
Esta ley dice que está penado el aborto, pero solo aumentaron las causales, porque por cualquier motivo la mujer puede abortar, es una sentencia de muerte al no nacido y consideramos que es grave porque si no se respeta la vida desde la concepción, qué podemos esperar más allá.

 ¿No tiene miedo a que la apresen por sus protestas?
A lo único que tengo miedo es a perder la vida eterna, no le temo al Gobierno, ni a diablos, ni a brujos ni a nadie porque Cristo es más poderoso y él está de mi lado, porque yo hago lo que él dice en las escrituras. 

 ¿Desde cuándo trabaja con la iglesia?

Trabajo para Dios desde hace 27 años. Es verdad que mi madre nos llevó desde pequeñitos a misa y nos enseñó lo que significaba vivir como católicos, pero, como muchos me alejé del Señor. Regresé a él a mis 29 años y volví por yesca. Todo lo que teníamos con mi esposo lo habíamos perdido, teníamos con $us 600.000 de deudas, le debíamos a 14 bancos y a personas particulares. 

¿Y qué hizo?

Mi esposo fue despedido de su trabajo y para ayudarlo me dediqué a trabajar como taxista; un día alcé a un jovencito que me habló de Dios y que debía buscar al padre Chris en La Mansión. Yo aceleré para que se baje pronto porque no quería escucharlo. 

A los tres días me robaron la radio de mi auto, era el radiomóvil Exclusivo Nº 68 y me sentí morir, porque con tantas deudas y me robaron mi herramienta de trabajo. Entonces me acordé de aquel joven y fui a La Mansión.

Así me acerqué al Señor, mis hijos eran chicos y me preocupaban mucho, tenía una orden de apremio y un juicio penal por un cheque al descubierto.

Vi al padre Chris y solo lloré, luego volví otra vez con una amiga. Pensaba que eso no era católico y le decía: yo solo soy fiel a mi marido, a mi iglesia y a Blooming.

La segunda vez me acompañó mi esposo y desde entonces nunca más me aparté de Dios.Él me ha levantado y pagó mis deudas.

 ¿Cómo ocurrió eso?

Mi esposo encontró trabajo y poco a poco fue ascendido, pagamos como $us 100.000, pero lamentablemente falleció en  2005. 
Me quedé con $us 500.000 de deuda, dos muchachitos, una propiedad agrícola con dos hipotecas y otros cuatro herederos, también hijos de mi esposo. 

De ahí en adelante de las formas más increíbles el Señor  fue pagando mis deudas, por eso solo trabajo para él, no cobro un peso, pero las bendiciones de Dios me llegan en abundancia; tuve la prescripción de una primera hipoteca, el Señor me borró $us 190.000 de un saque. La otra deuda de $us 150.000 me la rebajaron a 90.000 y al fin pude pagar, vendí  la propiedad y la diferencia entregué a los otros coherederos. 

¿No trabaja en otra cosa?

Me dedico al servicio al prójimo porque como pasé tanta necesidad y el Señor me ayudó, para mí es un compromiso devolver lo que el padre me dio. (Su voz se quebranta y sus ojos se llenan de lágrimas). Hay mucha gente que necesita solo una palabra de aliento para salir adelante, necesita consejos, asistir a retiros de matrimonios. Eso hago.

Con mi amiga Gugui Roda de Sauto trabajamos en muchos proyectos que solo Dios y los beneficiados saben.

¿En qué consiste su trabajo?

Soy catequista en Don Bosco; en La Mansión atiendo los jueves desde las 15:00 hasta las 19:30, y doy clases de los 10 mandamientos en el Instituto Pastoral Santo Tomas de Aquino; tengo un programa en radio Betania los miércoles, de 18:00 a 19:00.

Soy muy feliz de hacer liberaciones de brujerías y otras malas prácticas de saca suertes que la gente después no puede limpiarse. Todo lo que hago es gratis. No me gusta cobrar ni que me regalen nada, como dice el Señor: Da gratis lo que recibiste gratis. Eso cuido, que no me mueva el dinero, que solo me mueva el amor.

 ¿Qué más quiere hacer?

Tal vez me vaya al África porque aquí hay mucho sufrimiento y muchas cosas por hacer, pero allá hay menos gente voluntaria y hay menos recursos también. Para atender tanta necesidad, creo que allá se necesita más entrega, más amor, aquí la gente es buena, hay hartos que atienden aquí, el cruceño es dadivoso, aquí la obra va a continuar.

Que Dios me lleve a donde vea conveniente, que mis hijos formen sus hogares y sigan mis enseñanzas. Quiero dejar a mi hijo menor casado, porque, como dicen las escrituras, no es bueno que el hombre este solo.

Perfil

Es hija de
Gastón Serrano y de Yolanda Cortez de Serrano.

Nació en
Santa Cruz de la Sierra en 1961.

Estudió
Secretariado ejecutivo en el Instituto María Goretti.

Su esposo fue
Edgar Dick Noya (+)

Sus hijos son
Bruno y Andrés Dick Serrano. Tiene una nietita, Bruna Catalina Dick Aguirre.