Audaz. A la cabeza del Grupo Mendez Borda ha traspasado las fronteras del país, organizando ferias, congresos y los campamentos del Dakar, desde 2013

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17 de julio de 2019, 4:00 AM
17 de julio de 2019, 4:00 AM

Lidera el Grupo Méndez Borda S.R.L. Solución en Imagen Corporativa, desde hace siete años. Un emprendimiento nuevo que ya cosecha éxitos por el empuje y diligencia de Marthy Méndez, con 25 años de experiencia en instalación de stands, organización de ferias y congresos multitudinarios de profesionales y empresarios; además, de algunos campamentos del Dakar en sus diferentes versiones. Esta competencia de automovilismo que tiene repercusión mundial, traspasó las fronteras del país y le abrió otras puertas.

Dirige la revista Xclusiva y una industria gráfica, que son parte de GMB. Fue ejecutiva de la agencia de modelos Supermodel y gerente regional de ATB. Le gustaron la actuación y el modelaje, actividades que dejaron huellas en su juventud. Es madre, hija y hermana que se desvive por sus seres amados

 ¿Cuál es la diferencia del factor de crecimiento principal del GMB?

No somos una empresa reactiva, somos proactivos, cuando vamos a una reunión, nos ponemos la camiseta de la empresa y pensamos: si estuviese en tu silla, ¿qué haría? Y surgen mil ideas, porque nos reunimos con personas muy creativas, luego materializamos esas propuestas y las ejecutamos. Posteriormente, medimos los resultados y son positivos.

La administración proactiva se caracteriza por una prevención y anticipación a los problemas, de manera que se puedan buscar mejores soluciones y tomar decisiones que corrijan el problema antes de que estos surjan por completo.

¿Cuál fue el proyecto que los empujo a salir del departamento y del país?

Una de las experiencias que más valoro y con lo que más hemos crecido mucho, en estos últimos años, ha sido estar a cargo de la organización en Bolivia de los campamentos del Dakar.

El primer año, que trabajamos para el equipo de los franceses en esta cita, fue bajo el paraguas de una empresa argentina. Logramos demostrar que Bolivia tiene capital humano capaz y capacitado. Y los otros cuatro años que estuvo Dakar en el país, nos hicimos cargo de todo, eran cuatro campamentos simultáneos, que se levantaron en medio de la nada; cada campamento albergaba 4500 personas, imagínese el nivel de logística, teníamos que llevar agua, generadores eléctricos, hacer la conexión, poner carpas, hacer pisos flotantes y hacernos cargo de limpieza y seguridad las 24 horas. Y todo el tema de supervisión y montaje. Esto se convierte en una ciudad que no duerme durante un poco más de un mes.

 ¿Qué otros tipos de eventos están en su curriculum?

También hemos organizado ferias, para un cliente de un banco, les gustó tanto nuestro trabajo que luego nos contactó para que le coticemos el trabajo de organización de una feria en Argentina. Mire como somos de competitivos los bolivianos que, aun desplazando equipos y personal, hicimos un presupuesto que los convenció, porque era más barato que el de una empresa argentina. Esta empresa nos contrató para Buenos Aires, Argentina; Quito, Ecuador, Manaos, Brasil; Asunción, Paraguay. En realidad, fuimos a cinco ciudades ese año, con ellos.

 ¿Qué nos diferencia de los extranjeros, en este sector de la organización de eventos, que usted ha palpado?

Fuera del país, nuestros clientes nos dicen que la diferencia del boliviano con otro ciudadano de los demás países latinoamericanos, es que el boliviano siempre busca una solución. Es que somos comedidos y creativos.

 ¿El plus lo pone el personal que trabaja con usted?

Hay una escuela. La gente se va formando, a veces viene de otro rubro, ahora tengo alguien que se ocupa de eventos y es economista de profesión, pero se ha capacitado. Están los que se han especializado porque les interesa ser mejores y rendir de acuerdo a las exigencias. Estoy siempre al lado de ellos.

 ¿No organizan eventos sociales?

No estamos abocados a eventos de ese tipo, pero no está descartado, tenemos los conocimientos para hacerlo; por el momento, hay muchas empresas que nos buscan para congresos y eventos corporativos. Hemos tenido la fortuna de estar en muchos congresos internacionales, de seguros, de abogados, de ingenieros, de médicos: y esa experiencia enriquece siempre.

 ¿Tiene otros emprendimientos, que son parte del grupo?

Sí, una industria gráfica, hacemos letreros luminosos y todo lo que precisa una empresa cuando le hacemos un diseño de imagen corporativa. Este es un negocio que ha crecido tanto y es parte del grupo, que en algunos momentos amenaza con sobrepasar lo que es la organización de eventos. Es fuerte y exige dedicación. Tengo personal capacitado, pero estoy al tanto constantemente de ellos.

 ¿Cuál es la nueva meta, hay otros sueños?

Planes de expansión, no, en algún momento evaluamos ver otras ciudades, pero por el momento no, tenemos muchos pendientes como ser el tema de Responsabilidad Social Empresarial, en el marco de la ecología que es una de las pasiones más fuertes que tengo. Mi padre fue vegetariano toda su vida y fue una persona que nos enseñó a respetar la vida.

No como carne, desde hace cuatro años, dejé este alimento por completo. Esto por un tema de ecología, el mayor contaminante es la carne roja, más que todas las fábricas que tenemos. Es mi contribución al planeta, aunque sea un grano de arena en el mar.

Mis otros planes y proyectos, que no me he dado el tiempo de ejecutar, van rumbo al tema de conservación. Ese es uno de mis grandes pendientes.

 ¿Tiene otros pendientes?

Me gustaría trabajar enseñando a las mujeres a valorarse, porque la mujer ejerce una influencia muy grande en las generaciones futuras, si existe machismo es que porque las madres somos machistas y las niñas se van acostumbrando a roles de sumisión y eso se vé en todos los estratos sociales.

El tema de la valoración y autoestima, es un proyecto multidisciplinario para trabajar por zonas, empezando por las más desprotegidas, hay un círculo, de ignorancia, pobreza y machismo que se debe erradicar.

La clave es la educación, una madre que no se valora que permita que el marido la maltrate, les traspasa esa sumisión y baja autoestima a sus hijas y ellas toman como normal esos actos. Cortemos ese patrón que se trasmite por generaciones.

 ¿A qué edad comenzó a trabajar?

A los 16 ya estaba trabajando, en series de TV, videos y modelaje. Mi primer stand en Fexpocruz, lo hice cuanto tenía 19 años.

Hice dos años de ingeniería industrial en la universidad y me casé muy joven, tuve que dejar de estudiar y luego cambié el rubro. Cuando tenía tres hijas, estudié Comunicación Social y seguí trabajando sin parar, por mis hijas, por mi hogar.