Pasó el Carnaval. Inicia un tiempo dedicado a la reflexión y la reconciliación, preparándonos para la Semana Santa

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6 de marzo de 2019, 4:00 AM
6 de marzo de 2019, 4:00 AM

Todavía resuenan los últimos acordes carnavaleros cuando las campanadas de la iglesia ya nos llaman al Miércoles de Ceniza. La festividad católica da inicio a la Cuaresma, un tiempo dedicado a la reflexión y a la reconciliación, un tiempo de preparación para la Semana Santa. En varios artículos he planteado la importancia de quererse a sí misma como primer paso para afrontar cualquier emprendimiento, ya sea personal o profesional. El cuidado espiritual es uno de los pilares fundamentales para aceptarse y quererse. Por eso, durante este tiempo de Cuaresma, trataré de compartir algunos tips que nos permitan meditar y cultivar valores de crecimiento personal.

Desde niña, participaba de las eucaristías junto a mis padres. Diversas situaciones de la vida me permitieron entender mejor la fortaleza de la fe. La oración, el perdón y la acción solidaria consolidan un estilo de vida sustentado en el amor al prójimo. Cada mañana, mientras el sol irrumpe suavemente por la ventana, y antes de encender el telé- fono con su imparable estruendo de mensajes, respiro profundamente y comienzo un ritual de meditación y oración. Es una forma de empezar el día recargando el corazón y la mente con la palabra del Señor. Mientras llevo a mi hijo al colegio, comparto con él un audio que recibo diariamente sobre la lectura del evangelio y la reflexión que un padre comparte. Juntos escuchamos con atención el audio y nos comprometemos a mejorar, aunque sea un poco, nuestra actitud. Traducir la palabra a la acción es parte de una coherencia de vida que fortalece el amor por uno mismo.

Una charla con Ricky Penman me permitió entender el sentido del perdón. Cuántas veces proclamamos el perdón, pero acumulamos el rencor en nuestro interior. Y qué daños nos hace. El complemento para el fortalecimiento espiritual conlleva la acción social. La bondad proclamada debe expresarse en acciones. “Obras son amores, y no buenas razones”, proclama un viejo dicho que Lope de Vega recuperó para una comedia. En esencia, el cuidado de uno mismo, nos conecta con nuestro entorno para promover la acción solidaria que permita a otros, nuestros prójimos, gozar de mejores condiciones de vida. ¡No podemos desviar la mirada del necesitado y seguir el camino!.

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