Biología a favor. Debido al segundo cromosoma X (XX), las enfermedades de envejecimiento celular (arterioesclerosis y ciertas formas de cáncer) son menos frecuentes en las mujeres. 

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31 de enero de 2018, 4:00 AM
31 de enero de 2018, 4:00 AM

Consultamos a la Dra. Coral Cristaldo, especialista del Centro Médico Foianini, sobre las teorías que explican por qué las mujeres viven más de un 5% que los hombres, según los datos de una investigación de Tom Kirkwood, que estudia las bases biológicas del envejecimiento en el Reino Unido. 


“Se ha documentado estadísticamente, sobre todo en los países más industrializados, que las mujeres viven, en promedio, de 5 a 6 años más que los hombres. Desde el nacimiento, el varón es más vulnerable que la mujer (mueren al nacer 7,7 contra 5,8 por cada 1.000 lactantes). En los casos de muerte relativamente temprana (antes de los 65 años de edad), los varones están en desventaja. Ellos mueren con una frecuencia 5 veces mayor que las mujeres, por cáncer broncopulmonar y 4 veces mayor por infarto del miocardio, lo que significa que los hombres padecen más enfermedades que ocasionan su muerte a una edad más temprana”.


¿Cuáles son los factores que parcializan esas tasas? 
“El estudio, publicado en Current Biology, encontró mutaciones en el ADN mitocondrial que parecen marcar la diferencia en la longevidad de mujeres y hombres. La mitocondria se hereda solo de las madres, nunca de los padres, así que no existe la forma de eliminar las mutaciones que dañan la perspectiva de vida de los hombres. Y esto no solo ocurre con humanos. En muchas otras especies, las hembras también viven más que los machos”. 

Datos

Hablan más
Las mujeres acostumbran hablar de sus malestares mucho más que los hombres. Suelen tener red de amistades con las que pueden comentar sus problemas de salud.


Atentas a su salud
Las mujeres pasan por experiencias biológicas diferentes, como la menstruación, la concepción, el nacimiento de los hijos y la menopausia, y estos acontecimientos las hacen más realistas en lo que se refiere a su propia forma de ser vulneradas, mientras que los hombres cultivan la ilusión de que nunca se van a enfermar.