El gran aporte de ELLAS en defensa del planeta

La lista de estas agentes de cambio es cada vez más extensa. Para mencionar algunos nombres, bastará con recordar a la joven sueca Greta Thumberg, quien luego de la ola de calor que sacudió a su país en 2018, decidió no asistir a clases los días viernes para hacer un plantón frente al parlamento sueco y cuestionar desde ahí a las autoridades por las consecuencias del cambio climático. Su protesta llegó a los cinco continentes.

Otra activista que inspiró al mundo fue la keniata Wangari Maathai, creadora del Movimiento Cinturón Verde, a través del cual impulsó la reforestación de amplias zonas de Kenia, para contrarrestar las condiciones de pobreza en las que vivía su pueblo. No fue fácil, sus actividades chocaron contra intereses mezquinos y por ello terminó en la cárcel varias veces. Pese a todo, llegó a ser Ministra de Medio Ambiente en su país y, en 2004, se convirtió en la primera mujer africana galardonada con el Nobel de la Paz.

En Latinoamérica también existen muchos referentes en defensa del planeta, la hondureña Berta Cáceres es una de ellas. Bajo su liderazgo, el pueblo lenca se enfrentó a la empresa china Sinohydro, que pretendió llevar a cabo el proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, violando el derecho de los pueblos indígenas a la consulta previa, libre e informada, conforme al convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo, ratificado por Honduras en 1995. En marzo de 2016, Cáceres fue asesinada. Su muerte suscitó la indignación mundial.

En el contexto local también hay diversos grupos comprometidos con la defensa del planeta, donde las mujeres juegan un rol protagónico. El Colectivo Árbol, Fundare Santa Cruz, Kiosco Verde, Cierva, Unión de Periodistas Ambientales de Bolivia y Gaia Pacha, son algunos ejemplos. Existen también las plataformas de productos amigables con el medio ambiente que realizan foros y ferias de negocios verdes para promover acciones que apuntan a cambiar la cultura consumista.

En el Día de la Tierra, es importante recordar a estas mujeres para hacer lo que nos corresponde: dar voz a los que no la tienen, a los niños, a las comunidades y pueblos originarios, y a esos seres indefensos que están a nuestro servicio, desde un árbol, que regula las temperaturas extremas, hasta una abeja, seres a los que les debemos innumerables beneficios ambientales.