Apoyo. Mi Refugio acoge a mujeres con cáncer y promueve la detección precoz de este mal. Invita a la tallarinata solidaria, el 3 de octubre

El Deber logo
26 de septiembre de 2018, 4:00 AM
26 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Más vale prevenir que curar. Es un refrán popular que quiere decir que es mucho mejor evitar que algo malo suceda antes que tener que solucionarlo una vez que ha pasado. Es decir, es preferible tomar las medidas necesarias antes, que no tener cómo arreglarlo después.

Y si de enfermedades se trata, este dicho viene como anillo al dedo, puesto que la medicina preventiva es la especialidad médica promovida intensamente y a ello apuntan los galenos cuando se refieren a que es la mujer sana la que debe someterse a estudios preventivos para detectar a tiempo un cáncer de mama y cervicouterino, los más frecuentes entre la población femenina.

Datos del Registro Nacional de Cáncer del Ministerio de Salud, establecen que a partir de 2012, el cáncer de mama, entre los cánceres de mujeres, ascendió del sexto lugar (2002) al segundo en 2012, situándose después del cáncer de cuello uterino, que es la primera causa de fallecimiento de mujeres en Bolivia.

A pesar de que el cáncer de mama es el de mayor incidencia, es también el de mayor supervivencia, gracias a su detección precoz.

Las estadísticas son abrumadoras, en Bolivia se diagnostican 11 mil nuevos casos de cáncer por año, de estos, alrededor de 7.500 afectan a mujeres, de esta cifra un 24 a 25% corresponden al cáncer de cérvix y un 16 a 17% están relacionados al cáncer de mama.

“Estadísticamente, el cáncer de mama es la segunda causa de muerte de mujeres en el país. Esto equivale a decir que una mujer muere cada día a causa de esta enfermedad”, afirmó el ministro de Salud, Rodolfo Rocabado.

Definitivamente hay que prevenir y para ello están las campañas anuales de los centros especializados que promueven el diagnóstico temprano. Aunque ello no significa que se deben cerrar los ojos ante las ya enfermas.

Mi Refugio

La luz al final del túnel es Mi Refugio o Fundación Trabajo Voluntario Cáncer de Mama Bolivia, que nació hace 15 años a iniciativa de un grupo de voluntarias cuyo sentido social, está dirigido a brindar protección y orientación a la población afectada por la problemática del cáncer de mama. Actualmente, Mi Refugio representa exactamente eso, un amparo para muchas mujeres aquejadas con este mal.

Desde el 2004 la Fundación cuenta con personería jurídica reconocida por Resolución Prefectural. 471/04, cuyo principal objetivo es la detección precoz del cáncer.

La entidad comenzó realizando campañas de detección temprana en diferentes municipios de Santa Cruz. Ante diagnósticos positivos que el sistema de salud no cubre, la institución empezó a colaborar con los medicamentos para cirugías y quimioterapias, pero las angustias y los miedos no se iban con los tratamientos, por esta razón comenzó a apoyar de forma integral a la mujer, abriendo las puertas de Mi Refugio.

“El centro de acogida es un gran logro del voluntariado, funciona en un domicilio gentilmente prestado en comodato, donde solo nos hacemos cargo de los servicios básicos, es un lugar que asila y contiene a las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama. En la mayoría de casos somos el primer paso después del diagnóstico. Las pacientes son atendidas de forma personalizada, se les abre una historia para que podamos saber cuándo serán o han sido operadas, cuándo inician sus tratamientos y de esta manera hacer un seguimiento para evitar abandono de tratamiento por motivos económicos o familiares”, destaca Lucía Terrazas, voluntaria de Mi Refugio.

Además, cuentan con apoyo sicológico a cargo de tres sicólogas voluntarias, terapias ocupacionales, zumba, teatro, talleres de nutrición, de bisutería, de automaquillaje, reuniones mensuales para festejar los cumpleaños de las pacientes y paseos recreativos donde interactúan con las voluntarias.

El centro se financia con los aportes voluntarios y tres eventos anuales: rifa del Día de la Madre, cena benéfica La Tallarinata, que se realiza cada octubre, este año la undécima versión será en el hotel Los Tajibos, el costo de la entrada es Bs 170; y la Caminata, que será el 19 de octubre.

En carne propia

Narda Luz Herrera
Masoterapeuta / Paceña

Tengo53 años y dos hijos, radico desde muy pequeñita en Santa Cruz, tengo cáncer de mama y se ha extendido a los huesos. Me descubrieron el mal en noviembre del año pasado. Estoy haciendo quimioterapia y radioterapia, luego de estos tratamientos, que deberían reducir el tumor y después de otros estudios, se puede proceder a la extirpación del seno. Mediante Mi Refugio tenemos medicamentos a bajo precio y nos ayudan con sicólogos y clases de maquillaje. Una nutricionista nos enseñan a comer y qué no comer para resistir el tratamiento; todas estamos en contacto para aconsejarnos y apoyarnos.

Silvia Gutiérrez
Ama de casa / 32 años

Me enteré el 2015 de que tenía cáncer, pero dejé pasar el tiempo por falta de recursos, decía que iba a juntar plata y me iba a hacer los estudios, y así fui enfermando cada día más. Llegué el año pasado al Oncológico, en silla de ruedas, no podía andar, ni hablar, mi esposo me cargaba. Hice 12 quimioterapias y fui superando. El médico me preguntó si yo creía en Dios y le dije que sí. Aquí me ve, caminando aunque continúo con los medicamentos para los huesos, tengo más esperanzas que antes. Tengo dos hijas chiquitas y un esposo, por los que quiero seguir viviendo. Agradezco a Mi Refugio

Amalia Bedoya
Chef / Potosina

Tengo como un año y dos meses con el cáncer, me operaron en marzo de este año, hice seis quimioterapias y estoy esperando la segunda parte y como mi cáncer es hormonal me tienen que extirpar el útero. Tengo 44 años y dos hijos, por ellos debo continuar luchando. Esto es solo una prueba de la vida que nos hace más fuertes. Estoy agradecida con Mi Refugio, porque ahí he encontrado ayuda, orientación, comunicación con las otras pacientes y el apoyo económico con los medicamentos. Somos prácticamente una gran familia. Quisiera que mi caso sea un espejo para otras mujeres y se hagan los exámenes a tiempo.

Kary Peña Artega
Chef/Cruceña

Estoy en esta lucha desde septiembre del año pasado. Acudí al hospital de la Villa porque sentí una bolita en el seno, la mastóloga me dijo que me debían hacer una biopsia y por falta de recursos dejé pasar el tiempo. Tengo dos niños y no puedo trabajar, la enfermedad no nos permite ni cocinar y yo soy chef, formada en la escuela El Maná. Me han hecho ocho quimioterapias y radioterapias, todavía no me han extirpado el seno. En Mi Refugio descubrimos que no somos las únicas, tenemos que ser guerreras para salir adelante, por nuestros hijos y toda la familia que nos quiere en casa.

Tags