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29 de abril de 2019, 4:00 AM
29 de abril de 2019, 4:00 AM

La semana abre nuevas páginas dignas de asombro o repugnancia. Los pasados días nos dejaron jornadas acaloradas de información espeluznante sobre el poder, el narcotráfico, instituciones vulneradas y otras relaciones peligrosas. En los siguientes días es probable que saldrán a aclarar uno y otro de los involucrados y el estado de asombro volverá a salpicar otras instituciones, otros nombres, otros altos cargos. Parafraseando al genial Jorge Luis Borges, no nos une el amor, sino el espanto.

Buscado por la justicia de Brasil desde 2015 por un caso de 1,3 toneladas de cocaína en 2013 proveniente de Santa Cruz de la Sierra, Pedro Montenegro Paz, el fugado, no perdió el tiempo para mutar de piel, de imagen y de nombre.

A pesar que viajaba de aquí para allá con otro documento y por ende con otra identidad (Pedro Hoffman Sainz) estudió y aparentemente egresó de dos universidades cruceñas, una pública y otra privada obteniendo dos títulos (uno de Abogado y otro de Administrador de empresas) que ostentaba con orgullo. Es curioso que nadie haya detectado semejante burla a todos los controles de Inteligencia del Estado Boliviano. Ni siquiera los algoritmos digitales, en los que estamos todos “bien controlados” descubrieron sus argucias, trampas y deleznables intenciones durante al menos seis años.

La bronca de Marco Bulacia. Tras una buena actuación del día viernes, el piloto cruceño debió abandonar competencia automovilística el sábado tras sufrir un espectacular accidente. En la tercera jornada del Rally Argentina 2019 en Tanti-Mataderos se produjo un triple vuelco de trompa de su coche Skoda que conducía el joven piloto. Por suerte salió ileso, mostrando su bronca por el tropiezo en las sierras cordobesas. Tampoco sufrió consecuencias ni lesiones su acompañante Fabián Cretu. La competencia en su categoría WRC2 y los que venían por detrás debió suspenderse. Otra vez será, oportunidades no le faltarán al talentoso conductor boliviano.