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23 de marzo de 2019, 4:00 AM
23 de marzo de 2019, 4:00 AM

El mar ya no hace olas. A diferencia de otros años, el tema ahora poco o nada suena. Los políticos que el año pasado priorizaron en su agenda discursiva este tema, ahora están en otra. El propio oficialismo que tanto abanderó la causa y bombardeó a la población con una campaña comunicacional intensa, hoy parece estar casi ajeno al mar. Hasta ayer a Evo Morales se lo escuchó hablando del SUS, de Venezuela o de pozos hidrocarburíferos, de todo, menos del mar. El exmandatario y ahora candidato a la silla presidencial del PDC, Jaime Paz, decidió visitar puerto Ilo y sobrevolar Puerto Busch para recordar a la opinión pública que hace 27 años firmó con el expresidente de Perú, Alberto Fujimori, un acuerdo por el cual el puerto peruano se convertiría en zona franca y el punto inicial de una carretera hasta la frontera con Brasil para salir al Atlántico. De todo eso, hasta ahora no hay nada. El exportavoz de la demanda marítima y ahora candidato a la presidencia por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, se ocupa en las redes sociales de otros temas coyunturales, como Tariquía. Óscar Ortiz, candidato a la presidencia de Bolivia dice No, ha pedido cuentas a quienes llevaron a Bolivia al fracaso en La Haya. Y pare de contar, porque -después del fallo del tribunal internacional- el mar ya dejó de causar oleaje en el escenario político.

La inseguridad golpea. En menos apenas un día, delincuentes avezados cometieron tres atracos, en dos de ellos hirieron a sus víctimas con armas de fuego. Tras un operativo policial en el que se logró capturar a los atracadores, una vez más se evidenció que un exreo es líder de la banda. El hombre involucró a su hijo y reclutó a los amigos de su descendiente para cometer los atracos. Está claro que la violencia siembra más violencia en las familias y que aún falta una verdadera política de prevención y de rehabilitación.

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