Opinión

cara a cara

El Deber logo
5 de febrero de 2019, 4:00 AM
5 de febrero de 2019, 4:00 AM

El gobierno socialista de España y los de una decena de influyentes naciones europeas ejecutaron el ultimátum y reconocieron a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Aunque Rusia y algunas potencias permanecen desmarcadas de la posición de una importante parte de la comunidad internacional, Nicolás Maduro está cada vez más cercado y desesperado. Con lo que avanzó Guaidó durante las últimas dos semanas, no solo dentro, sino fuera de su país, se ve muy difícil que el ‘chavismo’ conserve el poder al que llegó hace dos décadas. Quedan pocas dudas respecto a que si Maduro saldrá del Gobierno. La duda mayor es en qué circunstancias y a qué costos lo hará. Lo que todos esperamos es que el costo sea el menor posible y pasa por elecciones adelantadas de manera urgente y con garantías de transparencia. En cambio, lo que no debe ocurrir para que la salida no sea sangrienta es la intervención militar externa o una confrontación armada interna. Otra urgencia es otorgar ayuda humanitaria a los que la pasan mal por el largo conflicto venezolano.

También hay inquietud de una parte de la comunidad internacional por la independencia y transparencia del TSE de Bolivia para los comicios de octubre. Como algunos gobiernos ven ya inminente que el binomio oficialista eludirá el 21-F e irá a las elecciones, se procura que la competencia sea al menos en igualdad de oportunidades y con árbitros que garanticen imparcialidad.

Son terribles las consecuencias de las lluvias en Caranavi y en otras regiones. Hay muertos, heridos y desaparecidos, por lo que se requiere de una fuerte movilización nacional de rescate y auxilio. Es bueno que el presidente se preocupe y ocupe de los desastres, pero también debe evitar que la ayuda se electoralice.

Tags