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1 de octubre de 2018, 4:00 AM
1 de octubre de 2018, 4:00 AM

Llegó el día. A las 9:00 de hoy bolivianos y chilenos escucharemos el esperado e histórico dictamen final de la Corte Internacional de Justicia. Es el desenlace de un inédito proceso que empezó hace más de cinco años con la decisión del Gobierno de Evo Morales de presentar la demanda, tras comprobar la constante estrategia de La Moneda de dilatar o eludir una negociación sobre el mar. Desde entonces y como pocas veces en el país, diversos actores internos se han alineado en torno a una política de Estado, más que de Gobierno. Otro sería el resultado y la situación de Bolivia si se actuara siempre con el desprendimiento, la unidad y, sobre todo, la planificación como se ha encarado el proceso en La Haya.

Ha sido impecable la estrategia, el planteamiento y el trabajo del equipo que lideró la demanda marítima ante la CIJ. Un agente de excelente nivel, un grupo de expertos internacionales de enorme capacidad, un vocero insuperable y un cuerpo de gobernantes, expresidentes y excancilleres proactivo y unido han encaminado a Bolivia hacia lo que podría ser uno de los éxitos diplomáticos más resonantes de la historia, similar o mayor al pronunciamiento de la OEA en 1979.

Sea cual sea el fallo hoy, todavía habrá un largo camino para conseguir un acceso soberano al Pacífico. Por lo tanto, evitemos el triunfalismo y procuremos, en cambio, asumir la nueva ruta con un optimismo moderado, de manera de facilitar un necesario diálogo entre Bolivia y Chile, del que finalmente salgamos ganadores ambos países vecinos. Son más las oportunidades de crecer juntos que las diferencias que obstruyen un progreso de nuestras relaciones bilaterales. Que hoy se inicie de verdad una nueva etapa de progreso conjunto.

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