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31 de mayo de 2019, 4:00 AM
31 de mayo de 2019, 4:00 AM

Mucho se habla en los últimos tiempos sobre el voto útil que debería congregar a la oposición, tal vez con demasiada antelación, cuando faltan casi cinco meses para el día de los comicios y mucha agua puede correr todavía bajo el puente.

Los defensores de este voto útil precoz buscan cancelar todo debate democrático entre candidatos opositores, alegando el posicionamiento momentáneo en las encuestas de uno de los postulantes, sin tener en cuenta la curva descendente de ese apoyo desde el inicio de la precampaña.

Pero más allá de los sondeos hay otro criterio para evaluar el voto útil y tiene que ver con la capacidad de defensa del sufragio de los bolivianos que tendrán las distintas fuerzas políticas de oposición.

¿De qué sirven algunos puntos más en las encuestas si en el ‘día D’ una escasa dirigencia y una estructura inexistente no pueden contrarrestar a la maquinaria de manipulaciones electorales del Movimiento Al Socialismo? En ese caso, los porcentajes de las encuestas se evaporarían de un soplido.

Sería la forma más segura de asegurarle al oficialismo una reproducción fácil en el poder. La alternativa a ese voto inútil por un improvisado club de amigos, creado en torno a un candidato mesiánico, sería la unidad posible de la oposición alrededor de la única alianza que, a través de la estructura territorial de Demócratas y las 44 agrupaciones asociadas, asegura la presencia en todas las mesas del territorio nacional. Además, con un know how o experiencia previa de control exitoso en varias votaciones, entre ellas, la del referéndum del 21F.

El dictador soviético Josef Stalin, un personaje siniestro admirado por los radicales en el masismo, decía que “a las elecciones las ganan los que cuentan los votos”. Esto se puede relacionar, por una parte, con el Órgano Electoral, y en ese sentido debemos apoyar la lucha convocada por los cívicos para una mayor transparencia del TSE. Pero de la frase también puede desprenderse la necesidad imperiosa de contar los votos en las mesas, evitando irregularidades en las actas. El verdadero voto útil será por quienes puedan defender la transparencia electoral en el ‘Día D’. A lo demás se lo lleva el viento.

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