El Deber logo
15 de noviembre de 2018, 4:00 AM
15 de noviembre de 2018, 4:00 AM

En EL DEBER, del 12 de noviembre de 2018, se publicó el resultado de la autopsia del pequeño paciente fallecido en el Hospital de Niños, el informe concluye, de manera taxativa, que se produjo una perforación compatible con maniobras médico-quirúrgicas, siendo estas complicaciones de tipo aguda y graves la causa básica de muerte.

Lo extraño del caso es que, de acuerdo a publicaciones por este mismo medio informativo, el Dr. Mario Chávez, jefe de cirugía del Hospital de Niños, informa que al paciente se le realizó ecografía y radiografía el mismo día que hizo el paro cardiaco. En las radiografías, cuando hay perforación, se debe evidenciar salida de aire desde el intestino hacia la cavidad intestinal (que se reflejan en la radiografía) y por otra parte en la ecografía se debe evidenciar salida de líquido que emerge desde intestino hacia cavidad intraabdominal. Las evidencias de los medios complementarios usados son señales indiscutibles que el paciente no tenía ninguna perforación que se hubiera producido durante la manipulación quirúrgica.

El mismo informe forense (publicado por EL DEBER) señala que había materia fecal en cavidad abdominal; cuando se realiza la autopsia (varios días después del óbito), lo cual demuestra que la perforación, si es que existía, era reciente. A las pocas horas de la perforación existe un proceso inflamatorio y migración de leucocitos (células de defensa) y en un periodo no mayor a 12 horas de la perforación comienza a formarse líquido purulento. El informe forense señala presencia de materia fecal, no de secreción purulenta, lo cual es prueba fehaciente que la supuesta perforación no pudo ser producida durante el acto quirúrgico.

El informe forense presupone, sin ninguna evidencia de anatomía patológica (examen microscópico), que la perforación fue producida por maniobras médicas. Sin embargo, hay una serie de patologías que ‘per se’ pueden producir perforación, como, por ejemplo, una fiebre tifoidea de origen bacteriano, amebiasis (parasitosis) o la misma putrefacción cadavérica por autolisis (disolución de tejidos por enzimas o fermentos propios de las células que se producen posmortem) por lo cual la presunción diagnóstica del médico forense peca de parcialidad.

Para concluir un proceso séptico lleva al deterioro progresivo del paciente, que se produce en el transcurso de algunos días y que lo postra en cama en grave estado antes de producirle la muerte y, de acuerdo a testimonio de testigos presenciales, el paciente se encontraba en muy buen estado general, caminando y alimentándose. El paro cardiaco se produce de forma súbita después de la inyección por vía endovenosa de un inyectable para desobstruir el suero de hidratación del paciente, 10 segundos después del inyectable y más de 48 horas después del procedimiento quirúrgico. Las investigaciones posteriores habrán de dilucidar la verdad, lo penoso de este proceso es el ensañamiento de los familiares, del abogado y de los medios informativos con la Dra. Isis, que ya ha sido sentenciada, escarnecida, caricaturizada y tratada como una criminal, siendo que solo cumplió su trabajo de manera eficiente y a todas luces es inocente.

Tags