Opinión

Un mensaje presidencial, entre protestas

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23 de enero de 2018, 4:00 AM
23 de enero de 2018, 4:00 AM

En el inicio del año 13 de su Gobierno, Evo Morales leyó ayer durante casi dos horas la mayor parte de su mensaje de gestión anual. Lo novedoso esta vez fue que lo hizo en un día con protestas callejeras en Santa Cruz, La Paz, Sucre, Potosí, Oruro y Tarija, que no se desactivaron con su decisión de abrogar el resistido Código Penal. Al contrario, la movilización ciudadana con marchas, un “tractorazo” y cacerolazos fue otra vez masiva y se hizo en paralelo a la emisión del discurso presidencial y al desfile de apoyo de sus movimientos sociales que organizó el oficialismo en la Plaza Murillo.

El punto central de la demanda ciudadana no fue siquiera mencionado en el mensaje presidencial. Evo Morales omitió la respuesta que le piden los sectores movilizados de respetar los resultados del referéndum del 21-F. Su silencio en el mensaje sobre esta exigencia ratificó que el jefe de Estado ha decidido no retroceder en su decisión de participar en las elecciones generales del próximo año. Esto implica que la confrontación que se vive por este asunto tenderá a ser larga, sin tregua y probablemente sin parangones.

El presidente Morales intentó ayer en el corazón del poder mostrarse animado ante sus asambleístas y seguidores, tras semanas previas en las que apareció con el rostro preocupado. Su mensaje fue algo más corto pero similar a los de años anteriores, ya que volvió a ayudarse con gráficas de cifras económicas y a remarcar el antes y el después de su Gobierno. No fue solo un informe anual el que presentó, sino de los 12 años. Su balance tampoco mencionó de manera clara y detallada errores que pudo haber cometido y que esté dispuesto a corregir en los dos años que le quedan de gestión.

En cambio, difundió una variedad de cifras para volver a sustentar su tesis de que ha logrado transformar Bolivia y ha conseguido una larga estabilidad y progreso, lo que fue refutado después del discurso principalmente por autoridades y dirigentes de la oposición. 
No se visualizan cambios estructurales en el país como ocurrió en el comienzo de su larga gestión, de acuerdo al contenido del discurso presidencial de ayer. Tanto Morales como el vicepresidente apuntaron como una de las mayores apuestas futuras la industrialización del gas, del litio y la generación de electricidad. También el presidente insistió con su certeza de que se volverá a pagar el doble aguinaldo, lo que seguro preocupa ya a los empresarios.

Por lo demás fue un mensaje con pocas sorpresas, en el que mencionó de manera general que los cinco hitos en los que trabajará son la salud, educación, justicia, empleo e industrialización. Un discurso que por ahora no devuelve la calma social al país. 

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