Opinión

Un fugaz gobierno socialista

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16 de febrero de 2019, 4:00 AM
16 de febrero de 2019, 4:00 AM

En junio del año pasado, como consecuencia de la aprobación de un voto de censura al gobierno de Mariano Rajoy del Partido Popular (PP), Pedro Sánchez del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue investido como nuevo presidente de gobierno. Para la aprobación de la censura fueron determinantes (aparte de los votos del PSOE y de la agrupación Unidos-Podemos) los votos de los partidos independentistas catalanes Esquerra Republicana (ERC) y PDeCataluña (PDeCat).

Antes de la caída del gobierno del PP, Sánchez, que ya se veía como nuevo presidente, anunció que convocaría a elecciones anticipadas lo antes posible. Sin embargo, pronto dejó de lado esta idea y la reemplazó por tratar de llegar al término de la actual legislatura en el 2020. Este proyecto no podrá ser realizado. Al no haber logrado, el martes de esta semana, la aprobación de los presupuestos presentados al Congreso de los Diputados, el líder socialista se ha visto obligado a disolver el parlamento y convocar a elecciones anticipadas.

Este cambio drástico de circunstancias ha sido provocado por los mismos partidos independentistas catalanes que posibilitaron la formación del gobierno de Sánchez. Los diputados de ERC y PDeCAT resolvieron sumar sus votos al de los dos principales partidos de oposición: PP y Ciudadanos. Para algunos comentaristas, la derrota del oficialismo en una cuestión tan básica como las finanzas públicas equivale a una pérdida de confianza.

Los diputados de ERC y PDeCAT han señalado que su actitud es una respuesta a la decisión de Sánchez de suspender el diálogo sobre el pretendido derecho de “autodeterminación” de los catalanes y la posible celebración -acordada y no unilateral- de un nuevo referéndum sobre la independencia de la comunidad autónoma. Asimismo, a la ausencia de alguna señal del gobierno del PSOE sobre los alcances que podría tener el juicio oral iniciado esta semana en contra de once dirigentes políticos catalanes, a quienes se atribuye la responsabilidad de llevar adelante, en octubre de 2017, un referéndum considerado ilegal.

En la caída del gobierno de Mariano Rajoy mayor peso tuvo la corrupción de varios dirigentes del PP. Por el contrario, en la terminación del gobierno de Pedro Sánchez el principal motivo es la “cuestión catalana”. Nuevas elecciones no garantizan el retorno ni de la estabilidad ni de cómodas condiciones de gobernabilidad. Por una parte, el surgimiento de un nuevo escenario político -denominado “penta-partidismo”- en reemplazo del tradicional “bipartidismo” de izquierda y centro derecha así lo anuncia. Últimos sondeos sobre intención de voto muestran que ningún partido conseguirá un número de escaños suficiente como para formar gobierno. Por otra parte, la “cuestión catalana” se mantiene irresuelta.

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