Opinión

Un discurso previsible y poco autocrítico

El Deber logo
23 de enero de 2019, 4:00 AM
23 de enero de 2019, 4:00 AM

El presidente Evo Morales Ayma brindó un sorprendentemente corto, previsible y poco autocrítico informe de sus 13 años de gestión ante la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Dos fueron los ejes del discurso presidencial: los logros de su administración fueron mayores a los que se obtuvieron en los anteriores 180 años de historia del Estado republicano; y el actual modelo político y económico es el único que puede garantizar la continuidad de los avances alcanzados en materia de crecimiento, reducción de la pobreza, expansión de la clase media, mejora de los servicios públicos, control estatal de los recursos naturales estratégicos, lucha contra el racismo y la discriminación, y posicionamiento internacional de Bolivia como Estado Plurinacional.

Como era de esperar, Morales remarcó que su Gobierno logró que Bolivia ocupe el primer lugar en crecimiento económico en la región como nunca había ocurrido en toda la historia del país, dijo que Bolivia no depende únicamente de la explotación de los hidrocarburos y aseguró que ya está en marcha la prometida industrialización de la economía.

Allí radica la primera falta de autocrítica teniendo en cuenta que Bolivia sigue siendo un país dependiente de sus materias primas y no ha logrado aún dar el salto hacia una economía productiva de valor agregado e industrial en sentido pleno. Si bien somos primeros en la región, el crecimiento se ha ralentizado debido, entre otros factores, a la dependencia respecto de otros mercados internacionales.

Pese a las reformas políticas y sociales que Morales señala que se hicieron durante su gestión, como fueron la integración de los pueblos indígenas, de las mujeres y de los jóvenes, está claro que tres de los grandes lastres de su gestión han sido la prevalencia de la corrupción, la crisis brutal de la justicia y el descalabro del sistema de salud.

Morales fue autocomplaciente con la política exterior boliviana, en particular con el rotundo fracaso geopolítico que sufrió la diplomacia nacional en el Tribunal Internacional de La Haya, que clausuró una solución del legítimo reclamo boliviano por una salida soberana al océano Pacífico por la vía de los estrados judiciales del sistema internacional.

El mandatario tampoco se refirió al retroceso que en materia democrática hoy enfrenta el país gracias a su tesitura por mantener su repostulación, pese al voto contrario registrado en el referéndum convocado por su misma gestión y que se llevó a cabo el 21 de febrero de 2016.

En definitiva, un discurso breve y concreto sobre los avances en materia económica y social, pero poco autocrítico sobre los déficits políticos y sociales que han dejado estos 13 años de gestión.

Tags