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6 de abril de 2018, 4:00 AM
6 de abril de 2018, 4:00 AM

Hace algún tiempo, un abogado decía que Evo Morales no aprobaría los exámenes en una facultad de ciencias jurídicas porque permanentemente interpreta de forma incorrecta de qué trata esa rama del saber humano, incluyendo el importante Derecho Romano.

El presidente boliviano se ufana de no haber pasado por las aulas universitarias enviando un ejemplo muy equivocado a los jóvenes, sobre todo a los del área rural. Informó hace tiempo que nunca había ido al cine hasta ver Avatar, algo también insólito porque hasta los más pobres aprovecharon películas para divertirse y a la vez aprender. Felipe Quispe, por ejemplo, era asiduo espectador en la antigua Cinemateca nacional y en los ciclos de cine europeo.

En sus mensajes se evidencia que Evo tampoco aprendió historia y que repite frases hechas, a pesar de haber tenido un maestro como Filemón Escobar y sus largas charlas con Fidel Castro. 

Los tuits que lanza al mundo con algún errático asesoramiento lo llevan al fracaso, a veces al ridículo y es increíble que no exista personas de su entorno, como el propio militar pero también sociólogo y parte de grupos de historiadores, Juan Ramón Quintana, que le hagan notar sus aplazados comentarios.

Por ejemplo, citó como si fuese ‘un día en la historia’, para contrastar al 21-F, que la Constitución boliviana de 1826 admitía la presidencia vitalicia, sin distinguir lo que fue un debate de lo que es el texto firmado. Además, no se dio cuenta de que al ‘rescatar’ aquella norma rescata la idea del voto restringido- de la ciudadanía restringida para decir con más precisión- a quienes sabían leer y escribir y tenían propiedades. 
Una lectura de esa Carta Magna, redactada casi íntegramente por Simón Bolívar, de características liberales, le daría luces sobre lo que es la división de poderes, el rol de cada uno de ellos y la defensa de las libertades democráticas.

En otro tuit se refirió a la lucha de Tomás Catari, olvidando que era de Macha, provincia de Chayanta, en Potosí, y cuáles fueron sus reivindicaciones más importantes, cómo unió el reclamo legal con la protesta violenta. Dicho sea de paso, ese héroe potosino es olvidado frecuentemente entre los homenajes a otros mártires indígenas.

El tuit que no solo es errado sino peligroso es el que escribió sobre Antofagasta. Aquella provincia fue boliviana, pero hoy es chilena y la población que fue puerto Lamar y luego Antofagasta fue boliviana y hoy es chilena. No existe en el horizonte ningún dato real que permita pensar que “será boliviana”.

Esta inútil provocación en medio de audiencias jurídicas nos debe llamar a la reflexión. ¿Qué busca realmente Evo Morales? ¿Qué significa el patético desfile de funcionarios públicos de ABH disfrazados de juristas peluqueados y togados como los antiguos tribunos coloniales? ¿Por qué se recrea una batalla decimonónica con batallones que rinden previo saludo militar a Morales? ¿Por qué se insiste en crear un ambiente emocional, peligrosísimo, como nos enseña la historia de Bolivia y del mundo?

Cuidado con esos caminos que llevan a abismos y no a cumbres.

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