Opinión

Tendencias en Sudamérica hasta 2022

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24 de diciembre de 2017, 4:02 AM
24 de diciembre de 2017, 4:02 AM

Según la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (https://www.dni.gov), en los próximos cinco años Sudamérica verá cambios más frecuentes de gobiernos como resultado de la insatisfacción pública generalizada por el débil desempeño económico, la corrupción y las tensiones sociales asociadas con la falta de empleo. He aquí un breve resumen del documento para el amigo lector.

Se señala el retroceso de las tendencias populistas y el reporte menciona que algunos líderes de izquierda han buscado aferrarse al poder procurando inéditas piruetas legales. Se remarca que ello podría implicar un posible retroceso democrático en varios países. El informe expresa que sube el atractivo de las ideas favorables al mercado, al Estado de derecho y la gestión económica y social. Un estudio reciente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que la pobreza aumentó de 168 millones de pobres en 2014 a 175 millones en 2015, debido a la  caída del precio de las materias primas. Un crecimiento débil probablemente forzará los presupuestos estatales y deprimirá las ya bajas tasas de inversión. 

La delincuencia y la corrupción seguirán siendo factores de preocupación, sumando el tráfico de drogas y el crimen organizado que continúan en auge. La inseguridad alimentará la insatisfacción popular ante gobiernos percibidos como ineficaces o que permiten actividades criminales y de  alta corrupción. Debe tenerse presente que América del Sur es una de las regiones más violentas del mundo en términos de delincuencia. La región es responsable de casi un tercio de los homicidios en el mundo; Brasil y Venezuela  tienen las tasas de asesinatos más altas del planeta. No en vano numerosas encuestas identifican la delincuencia como el problema regional más grave, pero se estima que las preocupaciones económicas probablemente ganarán prominencia por causa de la desaceleración económica. 

El informe expresa además que los países afectados por el tráfico de drogas verán aumentada la violencia. Ello irá en paralelo con la erosión de la calidad de sus aún precarias instituciones, lo que podría motivar la pérdida de autoridad y legitimidad de varios gobiernos. La falta de reformas  estructurales sólidas hace que la región comience a tropezar, particularmente ahora que el entorno económico externo es desfavorable. Como podrá apreciarse, las perspectivas para el próximo quinquenio no son muy halagüeñas…

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