Opinión

Sorpresas en las elecciones de Chile

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21 de noviembre de 2017, 4:00 AM
21 de noviembre de 2017, 4:00 AM

Chile dijo su palabra. El expresidente Sebastián Piñera y el candidato oficialista, Alejandro Guillier, irán a una segunda vuelta electoral el 17 de diciembre para definir quién será el sucesor de Michelle Bachelet para el periodo 2018-2022.

La elección dejó, sin embargo, varias sorpresas que configuran un nuevo escenario político en el vecino país. 

Primero, que las encuestas se equivocaron significativamente, dado que previeron un triunfo contundente de Piñera con un 44% de los votos, siendo que, al final, cosechó apenas el 36,6% del electorado (2,4 millones de sufragios), ocho puntos menos de lo esperado por los sondeos.

Y también fallaron en mostrar el ascenso vertiginoso de la comunicadora Beatriz Sánchez, del Frente Amplio, una agrupación de izquierda radical que cuestiona a la clase política tradicional chilena y que logró un 20,2% de los votos (1,3 millones de sufragios), cuando las encuestas le daban apenas el 8%. 

El ajustado segundo lugar de Guillier, que logró el 22,6% de la votación (1,4 millones de sufragios), obliga al candidato periodista a negociar con el bloque de izquierda, que lo obligará a mostrarse más afín con el legado socialista que no se cumplió con Bachelet.
Frente al fracaso del Gobierno socialdemócrata de Bachelet en varios asuntos nodales de la política chilena (educación, pensiones, indígenas y empleo), los electorados se han decantado hacia una derecha debilitada y una izquierda todavía dividida.

El dato más preocupante es el alto grado de abstención que mostró esta primera vuelta electoral. De los 14,6 millones de ciudadanos habilitados para votar, apenas 6,6 millones de personas lo hicieron, un 46,6% del padrón electoral. Es decir, que el 53,4% del padrón no fue a votar el domingo gracias a la vigencia del voto voluntario. La indiferencia de los votantes terminó perjudicando a Piñera y favoreció a la dispersa izquierda y a una fracción de la ultraderecha pinochetista.

Sea electo Piñera o Guillier, el próximo Gobierno en el Palacio de La Moneda, a partir de marzo de 2018, tendrá una tarea difícil por delante, debido a que no contará con mayoría en el Congreso para encarar los grandes desafíos que tiene por delante Chile.

Entre los temas a resolver está la demanda marítima boliviana ante la Corte Internacional de La Haya, donde los gobiernos chilenos han aplicado una política de Estado muy clara para evitar el paso de nuestro país hacia un diálogo que permita la recuperación de una salida soberana al océano Pacífico.

Hay que destacar la forma democrática como se llevaron a cabo las elecciones chilenas, en paz y casi sin incidentes, y con los mecanismos institucionales sin fisuras, que garantizaron la participación de todos aquellos que fueron a votar. 

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