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Si fuera tan fácil

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25 de agosto de 2019, 3:00 AM
25 de agosto de 2019, 3:00 AM

El Gobierno podría revertir la POLITÓLOGO muy negativa imagen que queda de él, después del mal manejo de la quema que casi arrasa la Chiquitanía entera, a través de la difusión de un spot televisivo que dizque resume los únicos tres días en los que en la Casa del Pueblo decidieron asumir que les interesaba el problema. Sin embargo, desafortunadamente para ellos, no va a ser una propaganda la que saque a la gente de su convencimiento de que, en los 50 días transcurridos entre el inicio de la crisis, el 1 de julio, y el 20 de agosto, el poder no se manifestó absolutamente para nada.

Morales Ayma llegó a Santa Cruz el 20 de agosto, luego de que el 19 de agosto el gobernador (que tardó también), hubiera manifestado que se habían quemado 471.622 hectáreas de vegetación, por lo que decidió declarar zona de desastre al departamento. En ese momento, el presidente decidió venir a ver qué pasaba.

Costas hizo un posterior conteo la tarde del 19 y señaló que la cifra era de 654.000 hectáreas. Morales dijo que no era necesaria la ayuda internacional; claro, temía seguramente que se le pregunte acerca de esa idea de la “quema controlada autorizada”, promulgada, en el el DS 3973 del 9 de julio; es decir, dentro del tiempo en el que el fuego comenzó a descontrolarse. Morales dijo además que “si no se quema, no se come”; o sea mantuvo la vieja idea de que solo chaqueando alguien puede lograr una cosecha, lo que demuestra la bajísima gestión del gobierno en relación a instruir a los recién llegados en el manejo de buenas prácticas en el agro. Suponiendo que la quema controlada hubiera sido buena idea, qué le costaba al ‘jefazo’ enviar gente a los lugares donde se repartieron tierras de novísima dotación (2019, casualmente) para enseñarle a la gente cómo proceder; es decir, manejar la situación tomando los recaudos correspondientes (trabajar con el viento, alistar tareas de contrafuegos, etc.). Y que no nos vengan a decir que no pueden mandar a un policía por lugar (lo sugirió la ABT que no hizo nada, no se manifestó cuando pasaron de las 10.000 a las 100.000 hectáreas, sino cuando el presidente estuvo por acá), porque es un hecho de que, en campaña electoral, el masismo envía cuadrillas a todo el país a enseñar como “votar en carretilla” o cumplir el llamado “voto consigna o corporativo”.

No lo hicieron con los colonizadores porque no les interesaba y no les interesa, la idea parece ser otra: repartir lo quemado, habida cuenta de que no hay qué cuidar ya. Un spot no hace que eso se olvide. El avión tanque que, se dice que debió esperar que llegue el vicepresidente para poder comenzar sus tareas, puede ayudar a apagar lo que se mantiene encendido si la lluvia no colabora y hace su parte antes; ese es un tema aparte, porque, aunque no les guste la idea, lo quemado es una puñalada a la Amazonía, al mundo, a Sudamérica y a Santa Cruz. Eso no se olvida por un spot que trata de hacer de cuenta que el poder estuvo en esto desde siempre, cuando todos sabemos que eso es mentira. ¿Qué queda? Yo pienso que la Gobernación (si tiene el coraje de hacerlo y llevarlo adelante) debe decretar una pausa o más bien la inamovilidad de al menos 2 años en lo siguiente: distribución de tierras (ni un metro a nadie, sea de donde fuere), detener la ampliación de la frontera agrícola y trabajar la zona, dándole el tiempo de retoñar y, finalmente, ver qué se pudo haber salvado. En eso si se debe involucrar al poder central, habida cuenta que su nula acción y a que sus decretos de quema controlada ayudaron a que se dé semejante desastre. Es necesario que se tomen medidas de ese tipo.

Ya se perdió mucho, que no se pierda la esperanza.

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