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29 de abril de 2018, 4:00 AM
29 de abril de 2018, 4:00 AM

El tema de las mochilas chino/cochabambinas no terminó en el hecho puntual de una aislada corrupción sino que, con el pasar de los hechos y días, parece poner en evidencia un asunto muy grave: los políticos ‘se tapan todo’ si son aliados y sí, luego de dejar de serlo, mantienen esa especie de ‘omertá’ criolla.

Percy Fernández jocheó la tapa de los petos con una particular sentencia a José María Leyes: “Qué error el hombre, la cagó. le pelaste, hermano”, dando la impresión de que el ‘pele’ de Leyes hubiera sido ‘dejarse pillar’ y no el haber incurrido en corrupción; declaración tremendamente cínica que parece dejar una lección: “No le pelés, porque si te pillan, te cagan”. No hubo en Fernández (de acuerdo a lo oído y leído) una sola reflexión sobre la corrupción y el daño que implica.

Por su parte, el diputado José Carlo Gutiérrez, muy molesto, amenazó con “investigar los hechos de corrupción en la Alcaldía cruceña” y, muy suelto de cuerpo, advirtió que Fernández “no estará ahí para siempre”, lo que implica que en el Movimiento Demócratas saben de hechos de corrupción (o tienen denuncias), pero nunca las investigaron porque se suponía que iban a ser ‘amigos hasta la muerte de un sucha’ y que entre amigos ni se investigan ni se denuncian.

Claro, es imposible que los Demócratas o el diputado no hubieran sabido de las denuncias del ‘Dron para la Policía’, el escandaloso contrato con Vega Solví, el caso TDI-Odenal (Catastro), el pago en publicidad a medios y publicaciones cuyo silencio sobre denuncias municipales era absoluto o las denuncias solapadas, las Cámaras CCTV para los colegios con evidentes sobreprecios, los contratos vinculados entre parientes de la influente dama y su hermana y cuñado (también involucrado en el caso Zapata). Se me antoja que pudiéramos preguntar sobre la compra, por excepción, de las inexistentes cámaras de video por Bs 2.900.000 para la avenida G-77. En fin, la lista es larga y puede seguir, cosa que se va a hacer en algún momento, pero no en este artículo, cuyo fin es simplemente reclamar por lo que está sucediendo en el país, respecto a la corrupción en todos los niveles y, lamentablemente, en gran parte de los partidos políticos.

En el ‘Caso dron’, el masismo fue muy crítico con la administración municipal de Percy Fernández y luego de haber tejido lazos y alianzas no escritas pero muy evidentes y constatables, se llamaron al silencio y olvidaron la corrupción. Además, con los acuerdos Cahuana-Sosa, para incluir al primero (que se subió a la unanimidad del Concejo Municipal) en la repartija de puestos que implicaron dejar el mercado La Ramada sin estacionamientos, debiendo salir no solo a comprar más terreno para solucionar el problema y cumplir con la ordenanza que establece que metros construidos deben tener relación con metros de estacionamiento, encareciendo la obra, pero logrando la adhesión de Cahuana/Johnny Fernández al sometimiento a la presidencia del órgano deliberante”.

Arce Zaconeta alabó a Fernández Añez por lo dicho sobre Leyes y su partido, que antes lo defenestraba por su falta de transparencia, ha olvidado tales hechos y, parece que, entre políticos (con excepciones que ya no hacen la regla) son capaces de callar, tapar o justificar cualquier hecho de corrupción, simplemente por el lugar en el que se encuentre el corrupto.

Y así estamos en Bolivia, viendo cómo los diferentes poderes se esfuerzan en desterrar las corrupciones ajenas simplemente para instalar las corrupciones propias y no para dar señales inequívocas de ética personal e institucional (los partidos son instituciones importantísimas e imprescindibles para las sociedades).

Parece que entramos a una especie de sumas y restas entre “mi corrupción vs tu corrupción”; gana la que suma menos, no la que no entró a la misma. Lo bueno de esto es que las cosas se van decantando y la ciudadanía tiene la posibilidad de ver cómo está el panorama antes de las elecciones de diciembre del 2019, de manera tal que si bien es malo lo que pasa, no deja de ser una especie de decantamiento (trasvasar un líquido de una vasija a otra, repetidamente para obtener un líquido menos contaminado) que le permitirá a la gente saber por quién no votar. Lo malo: falta harto, el tiempo juega a favor del olvido.

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