Opinión

Renuncia y cambio de mando en Perú

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23 de marzo de 2018, 4:00 AM
23 de marzo de 2018, 4:00 AM

Perú vive horas de incertidumbre tras la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, engullido por un sonado escándalo político con graves acusaciones de hechos de corrupción. El Congreso aceptó la dimisión y hoy debe asumir el poder el vicepresidente peruano, Martín Vizcarra, quien continuará hasta terminar el mandato en 2021.

Ningún elemento permite asegurar que la salida de Kuczynski permita destrabar la profunda crisis política en la que está sumido el vecino y entrañable vecino de Bolivia. El pueblo peruano observa azorado cómo la clase política se hunde por las diversas acusaciones de malos manejos con la transnacional brasileña Odebrecht y otros negocios turbios que afectaron al erario estatal.

Alguna vez el premio nobel Mario Vargas Llosa se preguntó cuándo comenzó la decadencia peruana traducida en feroces pugnas de poder, corrupción y abusos a los derechos humanos. Y realmente cuesta establecer un punto de inicio temporal. 

Kuczynski comenzó a caer el primer día de su mandato, el 18 de julio de 2016, por la falta de apoyo político en el Congreso, la debilidad de su bancada y, sobre todo, porque no dijo toda la verdad sobre sus antecedentes, en particular, por los negocios pactados con Odebrecht cuando era ministro de Economía, durante el mandato de Alejandro Toledo. 

El ahora exmandatario asegura que es inocente, que en ese momento no se sabía que la empresa brasileña era un pulpo que pagaba sobornos para obtener millonarias concesiones en obras públicas. 

En diciembre la oposición en el Congreso logró activar un proceso para obtener su ‘vacancia’, pero una polémica maniobra que lo llevó a pactar con un sector del fujimorismo, concretamente con Kenji Fujimori, le permitió evitar la destitución. Después se supo que los votos que lo salvaron se habían obtenido a cambio del posterior indulto al expresidente Alberto Fujimori, un mandatario procesado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la represión ilegal en los años 90.

La gota que rebalsó el vaso fueron los ‘kenjivideos’, que muestran presuntos sobornos a cambio de obras y dinero para lograr votos en el
Parlamento para evitar la destitución congresal.

Kuczynski no es el único mandatario procesado por corrupción. El papa Francisco se preguntó durante su última visita a Perú: "¿Qué pasa en
Perú que todos los presidentes van presos?". Y tiene razón. Alberto Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala han sido acusados por graves delitos de corrupción pública y violaciones a los derechos humanos. 

Ojalá las nuevas autoridades sienten las bases para una profunda reforma política que devuelva a los peruanos la confianza en una clase política que hoy está absolutamente desacreditada.

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