Opinión

Reformas cruciales en Perú

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14 de diciembre de 2018, 4:00 AM
14 de diciembre de 2018, 4:00 AM

Las revelaciones sobre sobornos de la constructora brasileña Odebrecht provocaron en Perú la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. Se sumaron investigaciones penales contra Keiko Fujimori y contra los exmandatarios Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala. El nuevo presidente, Martín Vizcarra, lanzó sus propuestas de reformas meses atrás por causa de un escándalo judicial. Costó que un Congreso adverso las apruebe; Vizcarra se puso firme, amenazó con cerrarlo y convocar nuevas elecciones. Fue así como se llegó al referendo del 9 de diciembre.

Contra muchos de los agoreros contrarios, los resultados finales demostraron un significativo apoyo en favor de las propuestas de Vizcarra y de él como persona, además de mostrar el genuino deseo de los peruanos de impulsar cambios que mejoren la vida política y aminoren niveles de corrupción.

Veinticuatro millones de peruanos con capacidad de voto decidieron por una mayoría abrumadora de más de dos tercios aprobar tres de las cuatro propuestas. Solamente se rechazó el retorno a la “bicameralidad” del Parlamento, el que seguirá siendo un cuerpo único. Las triunfantes fueron: a) prohibir la reelección de congresales; b) reformar el órgano que designa a los jueces; c) regular el financiamiento de los partidos políticos.

La votación resultante le dará mayor legitimidad a Vizcarra, quien queda fortificado tras el notable triunfo obtenido con respecto a sus principales propuestas, las que provocarán profundas reformas en el corto plazo. Los mayores críticos al proceso culminado fueron Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, y el APRA, de Alan García. Salpicado este por varias acusaciones, Uruguay le negó el asilo político la semana pasada.

Con los resultados del referendo se reformará por primera vez la Constitución vigente desde 1993 y se iniciará una nueva etapa de transformaciones cualitativas. El poder congresal quedará drásticamente disminuido porque no habrá posibilidades de reelección. Ello traerá sangre nueva a la vida parlamentaria, anulando prácticas anquilosadas y amañadas del reciente pasado.

Mientras esto sucede cerca nuestro, quienes gobiernan Bolivia siguen desconociendo la voluntad popular expresada el 21 de febrero de 2016. En lugar de renovación política vía alternancia en el poder ahora corremos el riesgo de caer en una dictadura, de la que ya estamos cerca; la actual administración hace rato que ostenta la suma del poder público. Preocupante para nosotros los bolivianos lo que pasa acá y bien por Perú ante lo sucedido allí. Le deseamos lo mejor a ese pueblo hermano.

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