Opinión

Reformas constitucionales en Cuba

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26 de julio de 2018, 4:00 AM
26 de julio de 2018, 4:00 AM

Cuba ha decidido encarar un ambicioso y amplio programa de reformas constitucionales que apuntan a colocar al país a tono con las sociedades del siglo XXI. Bajo la presidencia de Miguel Díaz-Canel y la autoridad real de Raúl Castro, la Asamblea Nacional acaba de aprobar el proyecto de ley para modificar la Constitución previa consulta popular, que se hará entre agosto y noviembre próximos.

En primer lugar, se plantea que Cuba renuncia a ser una “sociedad comunista”, aquella utopía que Karl Marx advirtió que no vendría sino a través de la dictadura del proletariado y que trajo tanto dolor en el siglo XX. Cuba será un país socialista, que reconocerá la propiedad privada y la economía de mercado, pero seguirá regida por un partido único, el Partido Comunista de Cuba (PCC), bajo un régimen no democrático.

Como China, el régimen castrista busca su integración en el capitalismo de la globalización, pero renuncia a la apertura democrática, lo cual tiene graves implicancias para los derechos humanos de todos los cubanos.

La reforma establecerá un primer ministro y limitará el mandato presidencial a cinco años con posibilidad de una reelección. Es el mismo esquema de la mayor parte de las democracias occidentales, pero ambas autoridades, en Cuba, no serán elegidas por voto directo, sino en elecciones indirectas manejadas por el PCC.

La edad mínima para buscar la Presidencia será de 35 años y la máxima de 60, cuando postula por primera vez, lo cual cierra el paso a la gerontocracia que estuvo vigente en las últimas cinco décadas.

La nueva Constitución reconocerá el matrimonio igualitario. Desde 1959, la Revolución Cubana marginó y persiguió a los homosexuales. La actual reforma dejará claro que el matrimonio es la unión consensuada “entre dos personas”, sin especificar sexo, una histórica demanda de los colectivos LGTBI.

Cambia, pero no cambia con estas reformas. Deja pendiente una apertura hacia la democracia y el respeto pleno de los derechos de los disidentes con el PCC. Ojalá estas reformas, fundamentalmente económicas, traigan algo de bienestar al pueblo cubano, que tantas carencias viene sufriendo bajo el régimen socialista.

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